Por más de dos años, el proyecto Oportunidades Sin Fronteras (OSF), de la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (Usaid), ha contribuido a mitigar la informalidad y el desempleo en Cúcuta y su área metropolitana.
Esta iniciativa tiene como objetivo principal la reinserción laboral de personas migrantes, colombianas retornadas y comunidad de acogida, a través de varios convenios con aliados estratégicos, que han servido de apoyo al proyecto.
Conforme a las cifras oficiales hasta el 30 de octubre de 2024, en los dos años de vida del proyecto, 208 personas han conseguido empleo y se han caracterizado 116 emprendimientos.
Aliados estratégicos
Dichos aliados están relacionados con algunas empresas nacionales adscritas a las Agencias Públicas de Empleo, que este año le han abierto las puertas a más de un centenar de personas sin trabajo.
Así mismo, entidades como la Alcaldía de Cúcuta, la Corporación Organización El Minuto de Dios, el Servicio Nacional de Aprendizaje (Sena), han sido fundamentales para dar continuidad a Oportunidades Sin Fronteras en territorio nortesantandereano.
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Carlos Vargas, subsecretario de productividad y competitividad de la Alcaldía de Cúcuta, explicó el rol de la administración municipal dentro del proyecto, además de algunos factores con las Agencias Públicas de Empelo.
“Durante este año hablamos de unas 500 personas fortalecidas y beneficiadas a través del programa Oportunidades Sin Fronteras, que han sido atendidas en dos puntos clave”, fueron las palabras del funcionario.
Estos puntos son el Centro Regional de Atención a Víctimas (CRAV), ubicado en el barrio Comuneros, y el Centro Intégrate, situado en el centro comercial Las Mercedes, donde se atiende a población migrante, colombiana retornada y comunidad de acogida respectivamente.
Según Vargas, “allí se dirigen estas poblaciones y se brinda la oferta institucional que tenemos desde la Agencia Pública de Empleo, para mejorar la calidad de vida de cada una de estas personas”.
Tres enfoques
El empleo es solo uno de los tres enfoques que tiene Oportunidades Sin Fronteras, sumado al fortalecimiento de emprendimientos y la inclusión económica, por medio de los cuales se ofrecen asesorías a aquellas personas que busquen optimizar sus negocios, así como también charlas de educación financiera para tener una mejor economía en sus hogares.
Además, a los usuarios se les orienta sobre cómo hacer su hoja de vida, cómo presentar una entrevista, cómo fortalecer sus habilidades blandas, entre otras orientaciones.
Sin embargo, uno de los aspectos más importantes es el apoyo financiero, ya que en los primeros 20 días de trabajo, a estas personas se les da un auxilio monetario de 150.000 pesos mientras reciben su primer sueldo.
Unos 285 emprendimientos de Cúcuta, Los Patios y Villa del Rosario han sido beneficiados de este programa, a través de toda una ruta de asesoría que va desde el diagnóstico, caracterización y fortalecimiento de habilidades técnicas y blandas, hasta la comercialización e impulso de los mismos.
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Una situación similar ocurre con el tercer enfoque, la cual abarca a los dos anteriores, y desde el cual se le enseña a los beneficiarios cómo manejar su sueldo, para qué sirve este y cómo pueden manejar el dinero, adicional a algunos consejos sobre el ahorro.
Una de las metas más significativas del proyecto es incluir a más de 100 mujeres a la vida laboral formal, en aras de dar cumplimiento a las dinámicas de equidad de género que se tienen dentro de Oportunidades Sin Fronteras.
El reto con los migrantes
Para el 2025, el proyecto busca vincular a más personas migrantes venezolanas a Oportunidades Sin Fronteras, porque son pocos los que integran las filas del mismo.
Lo anterior, porque para ingresar al proyecto, se debe tener al día todos los documentos de regularización migratoria, siendo el Permiso por Protección Temporal (PPT) el más importante.
Se afianzarán las estrategias para que esta inclusión se haga de manera oportuna y eficiente para los venezolanos radicados en Cúcuta, donde hay más de 214.000 personas venezolanas con vocación de permanencia.
Luis Gabriel Peña Lizarraga, oriundo de Caracas, es uno de ellos y hace más de un año reside en Villa del Rosario siendo beneficiario del proyecto Oportunidades Sin Fronteras.
“Gracias a este programa he venido trabajando como asesor de ventas en la empresa Dimensión Celular”, dijo el migrante venezolano quien entró al proyecto mientras se encontraba cursando sus estudios en el Sena.
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