El posible aumento de precio en productos básicos como el huevo, el pollo o el pescado, tiene a los cucuteños con calculadora en mano. La presentación de la reforma tributaria por parte del Gobierno propone eliminar la categoría de exentos del Estatuto Tributario y eso se traduciría en sobrecostos para la cadena productiva.
“Es que pasar un bien de exento a excluido implica que, aunque no se sume a lista de los gravados, su cadena productiva sí. De este modo, se pierde el beneficio de que todo impuesto pagado en insumos, servicios y demás se devuelva al productor”, contó Gonzalo Moreno, presidente ejecutivo de la Federación Nacional de Avicultores (Fenavi).
En palabras menos técnicas, esto significa que la cadena de producción, que compone elementos como transporte, fertilizantes, concentrados, sistemas de riego, insumos, herramientas de trabajo, entre otros, ahora tendría un valor que, al final no se devolverá al productor y se traduciría en un incremento en el precio que pagan los consumidores.
“Cualquiera por pequeño que sea se va a traducir en un mayor costo. Resulta imposible pensar que hoy cuando la devolución del IVA en la producción de huevo y pollo representa $1 billón, el cual no pagan los consumidores, no tendría ningún efecto. Esto implicará que el consumidor pague un IVA oculto en los costos de producción superior al 5 %, $20 por unidad de huevo y $338 por kilo de pollo”, aseguró Moreno.
Por su parte, el director ejecutivo de la Federación Colombiana de Acuicultores, César Pinzón, dijo que esta medida encarecería los productos acuícolas, pues si hoy un kilogramo de tilapia cuesta $8.000 en promedio, este podría incrementar su precio a $8.736, un aumento del 9,2 %. Del mismo modo, si un kilogramo de trucha cuesta $12.000, este podría ascender a $13.104.
“La propuesta impactaría negativamente a nuestro gremio, que el año pasado tuvo el mejor desempeño en su historia al exportar más de 12.895 toneladas piscícolas, un 48 % superior a las registradas en 2019”, afirmó Pinzón.
Así mismo, para el gerente general de la Federación Nacional de Arroceros, Rafael Hernández Lozano, “esta reforma representaría un gran problema, teniendo en cuenta que el arroz es uno de los productos que tendría mayor impacto, dado que los plaguicidas que representan el 15 % de la estructura de costos serían gravados con un impuesto al consumo del 8 %, incrementando el costo de los productores y seguramente aumentando el precio del producto”.
Los gremios no encuentran otra forma para compensar esos beneficios que incrementar el precio en el producto, lo que afectaría al usuario.
En la leche también se reflejaría el aumento. El presidente ejecutivo de la Asociación Colombiana de Procesadores de la Leche, Juan Sebastián Bargans, expresó su preocupación frente a las repercusiones socioeconómicas que esto tendría.
“Se generaría una disminución en el consumo. En la actualidad, los colombianos consumen 150 litros de leche por habitante, lejos de los 170 recomendados por la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), y que podría ocasionar una disminución cercana del 6 % en el consumo”, aseguró Bargans.
Para Rafael Camperos, de la Liga de Consumidores de Norte de Santander, el impacto con la reforma en la clase media de la región será bastante fuerte, sobre todo, cuando Cúcuta registra los índices de desempleo e informalidad más altos del país.