"Llevo tres meses viniendo a reclamar las medicinas para mi esposo que sufre del corazón y de los pulmones y nunca hay medicamentos, me dan un pendiente y me dicen que esté pasando para ver si las medicinas llegan, pero no, y este mes ya debe pasar otra vez con la doctora y fijo le va a dar otra fórmula médica y ahí se va a quedar”, esta fue la denuncia hecha por una usuaria de la Nueva EPS a La Opinión, asegurando que ha tenido que vivir un verdadero calvario con el sistema de salud.
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Y así como ella, son cientos de pacientes de la Nueva EPS, quienes han venido denunciando en las últimas semanas que el servicio que está prestando la farmacia Cafam, operador encargado de entregarles las medicinas, es bastante ineficiente, poniéndolos en una carrera, según señalan, “contra la muerte”.
Pacientes de municipios como Villa del Rosario y Cúcuta reportan retrasos de varios meses, lo que afecta tratamientos médicos críticos y la calidad de vida de los afectados.
La Opinión hizo un recorrido por las dos sedes de Cafam en Cúcuta y pudo evidenciar que los lugares se están quedando pequeños para la cantidad de pacientes que llegan a reclamar medicamentos, para que, luego de hacer una larga fila les digan que no los hay.
Así le pasó a Orlando Quiñones, paciente hipertenso, quien manifestó que lleva varias semanas sin poder tomarse los medicamentos para el control de su enfermedad, por lo que teme que esta pueda empeorar, ya que tampoco cuenta con los recursos para comprar los fármacos por su cuenta.
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Según Quiñones, hace una semana llegó hasta la sede de Cafam ubicada en la Avenida Cero entre calles 13 y 14 a reclamar sus medicinas con la fórmula ya autorizada, pero después de esperar durante más de dos horas, le informaron que le generarían un pendiente, para que pasara en unos días a retirarlos.
Pero ayer, el usuario se dirigió nuevamente a la sede antes mencionada y le volvieron a indicar que los medicamentos no estaban disponibles, ¿entonces hasta cuándo debe esperar?
“Lo único que ha cumplido Cafam es en la habilitación de tres casillas más para recibir a los pacientes que van en búsqueda de sus medicamentos, pero las respuestas que nos dan es que no hay drogas y que vayamos y nos quejemos con la EPS”, dijo el usuario.
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Y así como estos casos, muchos más. Varias personas denunciaron a este medio que han tenido que interponer quejas ante la Superintendencia Nacional de Salud (Supersalud), para que les agilicen la entrega de medicamentos, pero que ni así les han dado respuestas, por lo que se ven obligados a interponer acciones de tutela entre otros mecanismos, para exigir que no les vulneren el derecho a la salud.
“Mi papá tiene que andar con una bomba de oxígeno y aparte sufre de la tensión y hoy (ayer) nos tocó traérnoslo a ver si viéndolo le dan las medicinas, porque es muy difícil que uno teniendo EPS, tenga que sacar del bolsillo para comprar pastillas que son caras y que él no se puede dejar de tomar”, denunció otro usuario.
Organizaciones de veeduría ciudadana y defensores de la salud han hecho un llamado a la Supersalud para intervenir de manera urgente.
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Ante esta situación, La Opinión intentó comunicarse con Cafam, para consultar por qué se estaba presentando esta situación, pero al cierre de esta edición no se obtuvo respuesta, sin embargo, se conoció extraoficialmente que, al parecer, la Nueva EPS le estaría debiendo una gran cantidad de dinero al dispensador de medicamentos, ocasionando un desabastecimiento de medicinas.
También se intentó consultar con la Supersalud, pero tampoco hubo respuesta.