En julio del año 2020, un conjunto de mujeres cucuteñas, lideradas por Andrea Antolinez, paciente con cáncer de seno que culminó sus radioterapias, tomó la iniciativa de crear la Fundación Dimensión Rosa para ayudar a otras pacientes con esta patología.
“Le comenté la iniciativa al mastólogo que me atendía, Carlos Omar Figueredo, quien decidió apóyarme”.
Empezaron llamando a seis pacientes para el grupo, quienes en la actualidad conforman la junta directiva. Todas ya habían culminado su tratamiento de cancerología y estaban en control. Fue así como empezaron con el proyecto.
En sus inicios, era Figueredo quien les facilitaba las pacientes, pero con el tiempo, ellas mismas fueron llegando.
El objetivo del grupo era acompañar a pacientes nuevas que no tomaban muy bien la situación; las incluían a un grupo de WhatsApp, las acompañaban en sus momentos de crisis y antes de ir a sus terapias hablaban con ellas.
Todo lo hacían virtual o por teléfono, porque desde que fue forjada estaba en auge la pandemia del coronavirus. Hoy, la sede de la fundación es la casa de la directora Antolinez, donde reciben atención 140 pacientes.
El 4 de febrero, conmemoran el Día Internacional del Cáncer, y fue cuando constituyeron legalmente la Fundación Dimensión Rosa.
Hogar de Paso Rochi
A través de su cuenta de Instagram, las fundadoras han sido contactadas por mujeres de Venezuela, Pamplona y demás pueblos del departamento para conocer más sobre los procedimientos a los que se deben someter y sus efectos.
Por tratarse de largas distancias, no contaban con un lugar donde quedarse al llegar a la ciudad para sus terapias.
Rocío Sarmiento, o ‘Rochi’, como le decían de cariño, además de ser una paciente activa, también hacía parte de la junta directiva. Sus compañeras la recuerdan por su amabilidad, entrega y liderazgo, cualidades que la llevaron a proponer en sus reuniones una solución al problema de muchas pacientes con cáncer.
Sarmiento les mencionó que era necesario tener un lugar disponible donde pudieran albergar a las mujeres que venían de zonas rurales o fuera del país. Las demás integrantes de la junta directiva decidieron apoyar su iniciativa y empezaron a buscar recursos o una solución para aquellas pacientes con dificultad.
“Rochi se enfermó, pues ella tenía una metástasis, casi todas las partes de su cuerpo estaban comprometidas. Por eso, optamos por ayudarla a cumplir su pequeño sueño en vida y empezamos la búsqueda”, destacó Antolinez.
Encontraron una habitación amplia en Prados del Norte, y entre ellas consiguieron donaciones para amoblarla con dos camas, colchones, televisor, olla arrocera, licuadora, ventilador, cobijas y demás. El arriendo lo paga la fundación cada mes. Tras el fallecimiento de Rocío por su avanzado cáncer, el hogar fue inaugurado y en honor a ella fue nombrado “Hogar de Paso Rochi”, una mujer que, aún luego de su muerte, sigue inspirando a muchas mujeres con el legado de su historia.
Mayerly Gómez Carvajal | Practicante de Periodismo