En estos días, hablando de libros por la red, recomendaba un libro de Peter Drucker y desde el otro lado de la vía, un amigo me preguntaba ¿por qué? Le respondí con una frase de Gabito del libro “Vivir para contarla”: Porque un buen libro, es aquel el que nos obliga a releerlo.
Es el caso de “Las nuevas Realidades” del gurú Drucker, que releído adquiere cada día más vigencia.
Desde el primer renglón nos engancha, explicándonos como el desarrollo de la historia va como en etapas separadas por líneas divisorias. “Las divisorias”, como él las llama. Y las describe como el paso alto o bajo en la topografía de una región, en la que se asciende y se baja y separa los paisajes y se notan las diferencias, climáticas, lenguajes y culturas. No importa que el paso sea alto o bajo, pero es la divisoria.
Y así nos ilustra con un ejemplo: El paso del “Brennero”, el más bajo y suave de “Los Alpes”, que sin embargo ha señalado la frontera entre las culturas del mediterráneo y las nórdicas.
Ah, las divisorias que son trascendentales en todas las sociedades, líneas que separan épocas de una nación, de un continente, del mundo. Otro ejemplo que da Drucker: las Divisoria que va de 1873 a 1973, del Laissez-faire, Laissez passer que fue un crédito político dominante, sin el cual no había salvación.
Con las recientes elecciones norteamericanas, con todo el daño institucional que produjo, al decir de Humberto de la Calle que relee mucho a George Friedman y “Los siguientes cien años”, pues lo sucedido es como otra línea divisoria, desde el punto de vista político e histórico, esta vez en la democracia americana. Pero no Trump vs Biden, sino USA vs USA.
Ciertamente, como dice el expresidente Gaviria, y algo que no vio Friedman, es que Los Estados Unidos lo que no ha logrado es entenderse así mismo. Los enemigos de la potencia norteamericana, no son los chinos, ni los rusos, ni los cubanos; sino ellos mismos. Que no han logrado superar ni solucionar sus miserias internas. La discriminación racial que creíamos desvanecida y que se llevó por delante la vida o el futuro de tantos de sus líderes, JFK, Luther King Jr. Malcom X. Tommie Smith y Jhon Carlos, el magistrado Thurgood Marshal contra la segregación racial en las escuelas y RFK candidato demócrata.
Hasta que no superen la paradoja del impresionante crecimiento económico que sin embrago ha destruido la filosofía de las oportunidades y sembrado desigualdades infinitas. La conservatización del partido Demócrata, que se alejó de sus rieles por la igualdad, la libertad religiosa, el humanismo reivindicador y los derechos humanos y el estado de bienestar, una divisoria que venía desde Bismark con seguridad social y seguros de salud y vejez.
Hasta que se supere el prejuicio de los blancos ultraconservadores con sus fanatismos religiosos, su desprecio por los inmigrantes invasores, según ellos, y hasta que se restablezcan sus instituciones, que este debate electoral convirtió en opereta.
Si. Este debate electoral superado y polarizante, traza una divisoria al decir de Drucker, y el futuro será diferente. Un futuro de rectificaciones.
Adenda: ¡Quedó claro, cualquiera que sea el resultado de la reciente disputa electoral, el futuro no será a “Trompazos”!