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Una democracia funcional
Se institucionalizó la traición a las convicciones y a los ideales y se destruyó el ejercicio dialéctico.
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Jueves, 1 de Agosto de 2019

El artículo 103 de la Constitución Política de Colombia dijo: Artículo 103. “Son mecanismos de participación del pueblo en ejercicio der su soberanía: el voto, el plebiscito, el referendo, la consulta popular, el cabildo abierto, la iniciativa legislativa y la revocatoria del mandato. La Ley los reglamentará. 

Efectivamente, la Ley 134 de 1994 los reglamentó. Y de paso los anestesió. Navarro Wolf luego de las reglamentaciones dijo premonitoriamente que; los mecanismos de participación ciudadana se le habían entregado a Herodes. Primero el Congreso de la República los reguló de tal manera, que ha hecho muy difícil su aplicación por el exceso reglamentario y el ciudadano se quedó mirando la luna. Hoy la participación ciudadana casi que ni existe.

Luego vino la Ley 130 de 1994 o estatuto básico de los partidos y ya anestesiados los mecanismos de participación ciudadana, con ésta los castró.  Estableció el más abominable estatuto de exclusión en el cual las castas políticas instauraron a perpetuidad  su permanencia en el congreso de la república, en las asambleas departamentales  y en los concejos municipales, confundiéndose en un solo cuerpo la dirección de los partidos políticos y la bancada respectiva, que condiciona, excluye, vende, regala, dona, intermedia los avales de inscripción. 

La regla de oro de las democracias para seleccionar, que son las primarias en todos los partidos del mundo, aquí se borraron  de un palmazo. Se instauró el mecanismo más aleatorio y antidemocrático de selección, mediante las encuestas y los consensos de “recámara”, para la perpetuación que, además, son inconstitucionales. 

Se instauró por ley, una corrupta ley sálica de sucesión en la representatividad y se congeló la renovación representativa o la aparición muy difícil  de las nuevas generaciones de relevo.  

A esa anestesia y posterior castración política, el estatuto básico de los partidos, le agrego “salmuera”, para conservar la perversa desnaturalización de los mecanismos de participación democrática, entregándole a un ente politizado desde su origen e integración y por lo tanto parcializado, el Reconocimiento de la Personería Jurídica de los Partidos, su denominación, sus símbolos y hasta los colores, como es el CNE- Consejo Nacional Electoral. 

De ahí, que las minorías inconformes de los partidos se tornen mendicantes y tengan que salir a pedir a la caridad política; avales contrarios a sus convicciones, y aniquilen la fortaleza de los partidos. 

Se Institucionalizó la traición a las convicciones y a los ideales y se destruyó el ejercicio dialéctico, que es la razón de ser interior de los partidos y de los movimientos políticos. 

Por estas razones y otras se va abriendo paso la convocatoria a una constituyente. Cada día abundan más y más  razones. 

Adenda: Que bueno fuera, como decía Don Nicolás Colmenares, que el comité Intergremial, se reuniera previamente y definiera tres o cuatro temas fuertes, relativos a urgencias institucionales de la ciudad, no a los circunstanciales.  Y luego confrontara a los dos o tres candidatos fuertes a la Alcaldía Municipal, sin gastar pólvora en gallinazos. 

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