Al expresidente Juan Manuel Santos en su último cuatrienio no le hicimos los colombianos sino 14 paros nacionales, todo por la solidaridad y por esa extraña afición “sacaculista” que le tenemos al trabajo. Y no pasó nada… Solo cuatro muertos y numerosos bloqueos, según la revista Semana del 25 de agosto de 2013. 

Días antes, Martín su hijo dilecto, lo embutió en una camiseta blanca con el eslogan que titula esta columna: ¡“El paro nacional, no existe”! Sabrá Dios,  ¿en qué idioma y cuál slogan, le pondrá Matías a la camiseta del presidente Duque, este 21 de noviembre? Y no pasará nada. Solo…

Veamos varios de ellos: El paro del once de febrero de 2011 de la ACC de camioneros y todos nos adherimos espiritualmente. El de octubre de 2011 de estudiantes, docentes y sindicatos también con adherencia espiritual. El de febrero de 2012 de los controladores aéreos que nos hicieron dormir en los aeropuertos. El de noviembre de 2012 de Asonal Judicial que dejó a Colombia sin justicia y no pasó nada. Ni se volaron los presos ni se notó que en Colombia hay tridivisión de poderes. 

El paro de los cafeteros de Colombia de febrero y marzo de 2013. Pasó uno intermedio que se me olvidó. Luego en mayo de 2014 se enverracaron los “papicultores” por los precios bajos y pidieron intervención y subsidios. Luego vino en junio el paro de nuestros campesinos y víctimas del Catatumbo que con la solidaridad nacional pararon el país casi un mes y medio. En julio de 2013 pararon los pequeños mineros informales y pidieron formalización y garantías.

El 19 de agosto de 2013 pararon camioneros, campesinos, mineros y bloquearon las carreteras de medio país. Luego hubo tres “Paritos” nacionales cuyas fechas olvidé. Pero el 17 de marzo de 2016 vino un paro nacional, con anuncios terroríficos como el de ahora. Ese paro del 17 de marzo de 2016 contra la política económica de Santos y por un reajuste de salarios y una escandola que movilizarían 2.5 millones de personas en el país logrando un 70%. 

Bueno no había tanto manejo de las redes y estamos en las manos de quienes lo hagan con más audacia, maldad o bondad, sin olvidar con todo y ello, lo difícil que es movilizar hacia la agitación al país más conservador y xenófobo de América latina.

Así las cosas, no entiende uno el pánico que se pretende difundir, en una comunidad en la cual el deporte favorito es hacer paros, la mitad de ellos desde el sector público, en la educación y en la justicia.  Inverosímil  los que deben inculcar el respeto por lo institucional.

Adenda: Ayer, FUNAMBIENTE asaltó la buena fe de periodistas y ciudadanos de Cúcuta,  para propalar sus infundios, justo cuando el Juzgado Tercero Administrativo de esta ciudad la condenó a restituir casi cuatro mil millones de pesos al municipio de Cúcuta, por incumplimiento del contrato. Yo apelé y solicité la restitución de casi veinte mil millones, por los pagos que ha recibido de 2012 a 2018. Los vivos son así y Planeación Municipal no se deja ayudar.