Todos los días nos despertamos con los informes sobre el coronavirus a través de los medios de comunicación. Hasta ayer en las horas de la mañana el número de contagiados en nuestro país llegaba a 80.600 y en la distribución por departamentos, el Norte de Santander está en el lugar 21 con un total de 278 contagiados. A nivel mundial de los 9’693.800 afectados por el virus y casi el 54 por ciento ha alcanzado superar la prueba.
América Latina ha sido señalada como el epicentro de la COVID-19, pero la Organización Mundial de la Salud (OMS) ha mostrado su preocupación por los riesgos de un rebote incontrolado en Europa.
Mientras las medidas implementadas por los gobiernos son bien recibidas por quienes las consideran como una protección, son rechazadas por las personas que las ven como un obstáculo a sus labores para ganarse la vida. Casi que estamos en una situación entre la salud y la economía.
Esta ha sido una prueba muy difícil, en la que hemos soportado una cuarentena en todo el país desde el martes 24 de marzo a las 12 de la noche. Esto nos hace recordar el periodo conocido históricamente como los cien días (cent yours, en francés) o Campaña de Waterloo, desde el 20 de marzo de 1815 hasta el 28 de junio del mismo año. Salvo que la cuarentena que estamos enfrentando es superior pues el gobierno la prolongó hasta el 15 de julio.
Y con la llegada a Colombia del polvo del Sahara (África) tras un recorrido de 10.809 kilómetros, el panorama tiende a oscurecerse más y las diferencias entre los optimistas y pesimistas sobre el futuro que nos espera tomará mayor distancia.
Aquí, indudablemente, tiene aplicación el poema del español Antonio Machado: Caminante, no hay camino, se hace camino al andar…. Seguiremos buscando salida.