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Remesas y desarrollo territorial
Según el Banco de la República, en 2024 las remesas representaron un máximo histórico del 2,8 % del PIB de Colombia.
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Miércoles, 23 de Octubre de 2024

En un mundo cada vez más globalizado e interdependiente, las remesas se han convertido en un factor determinante para el desarrollo de los países emergentes, especialmente a nivel territorial. Estas transferencias se han consolidado como la segunda mayor fuente de financiamiento externo, solo por detrás de la inversión extranjera (Shera& Meyer, 2013), destacándose por ser más estables y menos volátiles, lo que las convierte en una fuente crucial de ingresos para los hogares receptores (Barajas, 2009).En el seminario “La economía de la Región Caribe colombiana”, organizado por el Instituto de Estudios en Desarrollo, Economía y Sostenibilidad – IDEEAS de la Universidad Tecnológica de Bolívar y el Banco de la República, se presentó el trabajo titulado “Flujos de Remesas y su Influencia en la Economía Regional: Evidencia de la Región Caribe y los Santanderes en Colombia”. 

El trabajo mostró, que en diversos estudios las remesas tienen efectos positivos en la economía a corto plazo, aunque no necesariamente impulsan el crecimiento a largo plazo. Mejoran la posición de la balanza de pagos y tienden a reducir el desempleo en los países de renta baja y media, mientras que en los de renta alta pueden aumentar la desocupación. Sin embargo, el impacto de las remesas depende en gran medida de la calidad del marco institucional y del nivel de desarrollo del sistema financiero del país receptor.

En este contexto, las dinámicas macroeconómicas de los países receptores de migrantes colombianos juegan un papel clave en el flujo de remesas. Según el Banco de la República, en 2024 las remesas representaron un máximo histórico del 2,8 % del PIB de Colombia, cifra que contrasta con el 1,1 % registrado una década atrás. En 2023, por primera vez, el país recibió más de 10 mil millones de dólares en remesas, lo que representó el 3,6 % del ingreso disponible y el 3,9 % del consumo de los hogares colombianos. Estos recursos, fundamentales para muchas familias, están directamente relacionados con el crecimiento de la población colombiana en el exterior.

Entre 2014 y 2023, en la región Caribe, la mitad de las remesas enviadas se situaron por debajo de los 4 millones de dólares, mientras que en los Santanderes este umbral fue de 6 millones. Atlántico fue el departamento con mayores ingresos promedio en remesas, recibiendo 11,8 millones de dólares, seguido de Santander con 9,56 millones, Bolívar con 5,92 millones, y Norte de Santander con 5,39 millones. La literatura especializada muestra que estos recursos son utilizados principalmente para cubrir necesidades básicas como salud y vivienda, además de reducir la deserción escolar y el trabajo infantil, pagar deudas, fortalecer emprendimientos y financiar la compra de insumos escasos o propiedades. Desde una perspectiva social, las remesas contribuyen a la reducción de la pobreza y complementan los programas de transferencias condicionadas, aunque también pueden tener efectos negativos en la inclusión financiera.

El impacto positivo de las remesas depende en gran medida de su uso eficiente y productivo (Sutradhar, S. R. 2020), lo que requiere de políticas públicas que promuevan el desarrollo regional. Entre estas medidas se incluyen el fomento de la bancarización y el acceso a servicios financieros, el incentivo al uso de plataformas digitales o fintechs, y la implementación de programas de educación financiera que permitan a las familias receptoras gestionar mejor los ingresos. También es recomendable la creación de fondos de inversión locales o regionales con capital proveniente de remesas, destinados a financiar microempresas y proyectos de infraestructura. Además, se debe incentivar el uso de remesas para la creación de negocios sostenibles o en sectores estratégicos como tecnología, agricultura de valor agregado y turismo local. Finalmente, se propone la emisión de "bonos de remesas" que los migrantes puedan adquirir, lo que permitiría a los gobiernos o entidades locales captar recursos para proyectos de desarrollo en las regiones de origen de los migrantes.

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