En la última visita del presidente Juan Manuel Santos a nuestra ciudad, la cual debió haber efectuado hace mucho, para intentar dar solución a los problemas generados por la diáspora venezolana que ha tenido su mayor número de migrantes a territorio nuestro, trajo una serie de medidas que de poder ponerse en práctica tal vez logren mitigar el impacto del arribo de los venezolanos a nuestra ciudad y el departamento, con la consabida repercusión nacional. 

Estamos acostumbrados a que las soluciones llegan tarde, cuando los problemas se han agravado, cuando ya hay desorden o la confrontación social es de alto volumen. 

El ingreso ilegal de los vecinos que huyen de la grave situación en su país no es de ayer, llevamos años en ese proceso, solo que ahora la invasión de calles y sitios públicos ha provocado que el gobierno local tome medidas de fuerza para imponer el orden y que clamorosamente acuda al gobierno nacional para encontrar remedio de fondo a esta problemática. 

Al lado de esta migración creciente de venezolanos está el inagotable contrabando tanto de gasolina como de otros productos que lejos de disminuir tal como se esperaba con el cierre de la frontera por parte del gobierno de Maduro, ha continuado y no se ha podido controlar con efectividad, a lo cual se agrega el menudeo que hacen los venezolanos asentados en la ciudad y que comercializan puerta a puerta, modalidad que también parece, según denuncias, sirve para acceder a viviendas y efectuar robos. 

A toda la estela de situaciones nuevas hay que agregar la atención de los inconvenientes de salud de los recién llegados y la administración de vacunas. 

Por tanto se requería de soluciones que cobijarán a toda esta población ávida de la solidaridad de los colombianos representados por su gobierno y la ciudadanía en general, sin que haya cabida a la xenofobia sobre lo cual también ha recalcado el presidente y con lo cual estamos enteramente de acuerdo. 

La primera medida y la más importante es el ingreso controlado y para ello se requiere de una documentación, bien sea que estas personas vengan de paso, a solicitar un servicio o para quedarse definitivamente. 

Eso es lo que ocurre en todas las fronteras de dos países, en todo el mundo. 

La aplicación abrupta de estas disposiciones tomó desprevenidos a quienes han intentado pasar la frontera. 

Lo ocurrido en los tres últimos días con el cuello de botella en los puentes internacionales, en el decir de algunos el remedio ha  resultado peor que el mal, no obstante y a pesar de las demoras e incomodidades que puedan ser causados, se deben continuar aplicando, con el paso de los días se harán más expedidas y menos traumáticas, pero solo así las autoridades van a tener conocimiento de quienes están ingresando a nuestro país.   

El nuevo pie de fuerza y las demás medidas anunciadas para corregir la situación actual han creado una expectativa y son sentidas de forma esperanzadora por parte de los cucuteños y se hace el ruego para que sean permanentes y no esporádicas, por el bien de quienes habitamos esta ciudad y de quienes llegan en calidad de migrantes.