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Reforma necesaria
Que desaparezcan, en primer lugar, las absurdas consultas interpartidarias. 
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Viernes, 23 de Marzo de 2018

Las elecciones del once de marzo dejaron varias lecciones, que ojalá hayamos aprendido los colombianos, amigos de inventar fórmulas para evadir la verdad y de expresar excusas para no hacer lo que se debe hacer. No es raro escuchar la manida excusa de ‘’fue sin culpa’’ para justificar las metidas de pata y los errores en que incurrimos las gentes del común y nuestros flamantes dirigentes, varios de los cuales se encuentran hoy ‘’veraneando’’ en los fríos calabozos de la Picota.

Una de las más urgentes tareas que esperan al gobierno que será elegido el 27 de mayo, víspera de mi cumpleaños, es la elaboración y presentación al Congreso de una reforma política, que desaparezca, en primer lugar, las absurdas consultas interpartidarias, que costaron un arrume de dinero y sirvieron para llegar a varias conclusiones obvias, una de ellas que Álvaro Uribe quiere regresar al poder, así sea por interpuesta persona, y otra, que la izquierda sigue tan ciega que pasarán siglos antes de que llegue al poder.

Lo más absurdo y triste es que se perdió dinero que habría podido invertirse en sacar de la miseria a muchos compatriotas, que, como cualquier venezolano, no tienen que comer, y en educar a tantos muchachos, de ambos sexos, que saben mucho de rumba y nada de historia patria.

Las tales consultas sirvieron, fundamentalmente, para darle brillo a la vanidad de unos cuantos, que ahora son excandidatos, y para divertir a unos bromistas que se dedicaron a inflar a unos y desinflar a otros. En otras palabras, como diría Gabo, a ‘’mamar gallo’’.

Lo serio es que se perdió dinero, como lo demuestra el hecho de que se acabaron los tarjetones y se votó con fotocopias, como debería hacerse en adelante. De esa manera nos habríamos ahorrado los cuarenta mil millones que costó el pulso entre De la Calle y Cristo, que hubiera podido solucionarse, como lo sugerí, en un almuerzo con buen vino. 

La reforma electoral debería incluir el voto electrónico, el sufragio por correo y la adopción de sistemas modernos en un país que hoy cuenta con más de cincuenta millones de celulares y computadores.

No hay colombiano sin un aparato de esos y el gobierno, en lugar de votar la plata en consultas, podría hacer un plan de abaratamiento de los teléfonos modernos, como se hizo, por allá en 1954, para popularizar la televisión. De esta manera se pondría coto a la compra de votos, que tiene al borde de la cárcel a una senadora conservadora.

La reforma tiene otros aspectos, destinados a acabar con los vicios de los políticos, como la reelección indefinida, las dietas permanentes, la unidad legislativa, la oficina, la camioneta blindada y otras gabelas. Eso también debe ser reformado para devolverle la majestad al poder Legislativo, afectado en los últimos tiempos por serios escándalos. GPT 

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