Debido a la gravedad de lo que está ocurriendo en Venezuela, el Secretario General de la OEA, Luis Almagro, solicitó a principios de la semana pasada, la convocatoria urgente de su Consejo Permanente, “para promover la normalización de la institucionalidad democrática en Venezuela”. Con anterioridad, tales activaciones de la Carta Democrática, habían sido el resultado de peticiones de los propios gobiernos. Esta vez, no fue así. Contrariamente, Almagro, a petición de la Asamblea Nacional de ese país, en su condición de Secretario General, dio marcha al proceso, no obstante la resistencia del mismo Gobierno venezolano, que al hacerlo lo hizo víctima de las peores expresiones y ofensas del propio Presidente de la Republica, Nicolás Maduro. Con un gesto obsceno que todos vimos por televisión, tomo una copia de la carta que le había enviado Almagro, la enrollo e hizo con la mano derecha hacia atrás, un amago vulgar, acompañado de la expresión: “para lo único que puede servir su carta, es para que se la meta por
donde sabemos”.
Almagro, solicitó dicha convocatoria, en una carta de 123 páginas dirigida al Presidente del Consejo Permanente de la OEA. Es un documento extenso, con largas secciones dedicadas a la “crisis humanitaria que sufren los venezolanos”, lo que los hace merecedores de la atención y solidaridad mundial, para tratar de encontrarle solución a tan grave crisis institucional.
Con tal documento, el secretario de la OEA, demuestra con absoluta claridad, que en Venezuela “existe una alteración del orden constitucional, derivada de una gradual, sostenida y sistemática erosión de la democracia”. En él, son destacables los siguientes puntos: 1) “la utilización del poder público para interrumpir la libre asociación y las actividades de grupos opositores y de medios de comunicación”; 2) “la violación de los frenos y contrapesos propios de la separación e independencia de los poderes del Estado”; 3) “el nombramiento arbitrario de los miembros del poder judicial sin legitimidad alguna, con el fin de validar ilegalmente las acciones inconstitucionales de sus benefactores”; 4) “la terminación arbitraria, inconstitucional o ilegal del mandato de magistrados democráticamente elegidos. Aquí, Almagro, tal vez se refiere a 3 magistrados del anterior Tribunal Supremo de Justicia, que bajo presiones y amenazas fueron obligados a renunciar contra su voluntad. Hoy tales dignatarios viven en los Estad
os Unidos, donde denunciaron los criminales atropellos del régimen.
Almagro, le dedico gran parte del documento, al examen del referendo revocatorio, mecanismo constitucional puesto en marcha por la oposición, que se ha visto enfrentada a toda suerte de obstáculos y represiones. Los propósitos del Gobierno son claros: impedir su convocatoria o dilatarlo hasta que precluyan los tiempos para que, de efectuarse, no puedan llevarse a cabo nuevas elecciones.
Ayer no más, vimos por el canal RCN, el momento en que la Guardia Nacional de Venezuela, saco a empujones a 10 diputados de la Asamblea Nacional , que habían sido invitados por Luis Emilio Rondón, miembro principal del Consejo Nacional Electoral, para tratar lo relativo a la reactivación del mecanismo revocatorio. Al lanzarlos a la calle por orden del general de la Guardia Nacional, Fabio Zavarce, a quien no le importó que un grueso número de colectivos chavistas, armados de piedras y garrotes, esperaban afuera para arremeter contra los asambleístas, pudo observar, sin mover un dedo para impedirlo, que agredieran gravemente a varios diputados entre ellos a Julio Borges, Eudoro González y José Olivares, de quienes se observa el momento en que varios garrotazos se estrellan contra la cabeza, rostro, y espalda de los mismos. Notoriamente ensangrentados, fueron rescatados por un grupo de civiles, entre ellos varios estudiantes universitarios, que los condujeron a una clínica, para los procedimientos médicos respectivos.
Enterado de lo anterior, Almagro prometió convocar con carácter urgente al Consejo Permanente de la OEA, para el próximo 17 de junio, a fin de tratar el criminal atentado ocurrido en Caracas, contra los diputados de la Asamblea Nacional de Venezuela. Es posible que esta vez dada la ostensible gravedad de los hechos, se active, sin dilación alguna, la Carta Democrática.