El mes de julio de este año será recordado como el inicio de los vuelos espaciales turísticos comandados por los multimillonarios. El domingo 11 el multimillonario británico Richard Branson a sus 70 años inauguró esta competencia viajando en una aeronave de la empresa Virgin Galactic. Este vuelo inaugural cruzó los 80 kilómetros de altura a una velocidad tres veces superior a la velocidad del sonido
Ocho días después, el 19 de julio, Jeff Bezos emprendió su vuelo a bordo del cohete New Shepard, fabricado por su empresa espacial Blue Origen, alcanzando una altura superior a los 106 kilómetros. El multimillonario alcanzó el espacio en compañía de su hijo, la piloto Wally Funk de 82 años, pionera de la carrera espacial, y un joven de 18 años.
Durante el trayecto la cápsula se separó del propulsor y continuo por su cuenta los restantes 30 kilómetros experimentando por unos minutos la ingravidez. El primer vuelo suborbital duró 11 minutos. “Ha sido el mejor día de mi vida”, dijo Bezos.
El pago por persona para hacer parte de este primer vuelo turístico en compañía de Bezos fue de 28 millones de dólares por subasta.
Para los futuros turistas los boletos de Virgin Galactic costarán entre 200.000 y 250.000 dólares. Todo indica que a inicios de 2022 podrían comenzar sus operaciones comerciales regulares. Según información de las conocidas empresas de turismo espacial 7.600 personas de 159 países se han inscrito para hacer parte de la primera oferta.
La gran pregunta es ¿Qué aportan los millonarios a la era espacial? No queda duda de que las condiciones están dadas para viajar al espacio, para quienes quieran y cuenten con el capital suficiente.
Todo esto se da mientras el coronavirus no cesa en sus amenazas y cobro de víctimas, los incendios y las tormentas arrasan con territorios por gran parte del mundo. Por qué pensar en la luna habiendo tantas cosas que llaman la atención en la tierra.
Se considera que la fortuna de Bezos es 172 veces más grande que la inversión en vacunación, mientras la riqueza de Elon Musk sobrepasa los 150.000 millones de dólares. Hasta el año 2020 el uno por ciento de la población mundial acaparaba el 82 por ciento de la riqueza total.
¿Por qué no incrementar el turismo terrestre?