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Peñarandas y Peñarandas y más Peñarandas
Los Peñarandas han estado metidos en toda clase de actividad, dentro y fuera del departamento.
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Jueves, 15 de Noviembre de 2018

Los Peñarandas abundan. Son una catorcera. En algunas partes se les encuentra hasta debajo de las piedras. Aparecen donde menos uno se los imagina, así como la liebre, que salta donde menos se piensa. 

Pero yo imaginaba que los Peñarandas de una región eran de familia distinta de los de otras regiones,  y resulta que no. El médico pamplonés Helí Peñaranda tuvo la genial idea de investigar, en los ratos que los pacientes le dejaban libres, las genealogías de diferentes grupos de Peñarandas, y encontró que los Peñarandas de Las Mercedes son de los mismos de Villacaro, y los de Gramalote son de los de Sardinata, y los de Lourdes son de los de Salazar, y todos vienen de un mismo tronco, que fue abriendo sus ramas, las que se fueron por diferentes caminos.

Helí Peñaranda escribió un interesante libro, Mil abuelos Peñaranda, que va ya por la segunda edición, y de ese libro nos hablará en la Academia de Historia, mañana viernes a las 4 de la tarde.

Teniendo en cuenta la cantidad de Peñarandas que hay en Cúcuta, provenientes de todo el departamento y hasta del interior, es de esperar que la asistencia mañana sea muy concurrida.

Porque ni usted, ni yo, ni muchos, que no llevamos el apellido Peñaranda, no sabemos si en algún momento de nuestra genealogía estemos emparentados con los que sí lo llevan. Por ejemplo, Jaime Pérez López, intelectual que fue de altos quilates, miembro insigne de la Academia de Historia de Norte de Santander, docente universitario y fundador de la Universidad Libre en Cúcuta, comienza el Prólogo de este libro, escrito para la primera edición, diciendo: “Yo también soy Peñaranda”. Y sus primeros apellidos eran Pérez y López.

   De modo que no es más sino escarbar hacia atrás para ver si tenemos algún Peñaranda atravesado entre nuestros antepasados, lo cual no es raro después de leer el libro de Helí, donde aparecen cientos y hasta miles de nietos, bisnietos , tataranietos, y más etos, que en alguna parte de su sangre llevan aunque sea alguna migaja de tan famoso apellido.

   Famoso, digo, porque los Peñarandas han estado metidos en toda clase de actividad, dentro y fuera del departamento. Sigo con Jaime Pérez López, quien dice: “El pariente Peñaranda, al finalizar el siglo XX, ha participado en todas las actividades: Ha sido Senador y Representante, Magistrado de las altas Cortes, Ministro, Consejero presidencial, Embajador. Ha descollado en todas las profesiones: Hemos tenido médicos, odontólogos, ingenieros, sacerdotes, ganaderos, agricultores, escritores, artistas y monjitas. ¡Y qué monjitas!  En Roma conocí a Mary Cecilia Mora Hernández Peñaranda. Es madre bethlemita, nacida en Gramalote, trabajaba en el Vaticano, y era quien le hacía las traducciones al español de los documentos de Juan Pablo II…”

   Digna de todo aplauso es la obra del doctor Peñaranda, no solo por ellos, los Peñarandas, sino porque es historia del departamento, de pueblos, de haciendas, de veredas. El galeno se metió, cual ratón de biblioteca, entre empolvados archivos, despachos parroquiales, colecciones de familia, libros viejos, descuadernados y borrosos, notarías y bibliotecas, para ofrecernos este libro, ameno, juiciosamente investigado e interesante por cualquier página por donde se le mire. 

   Mañana tendremos oportunidad de conversar con el médico-escritor-investigador-historiador y buen amigo, Helí Peñaranda, para sacarle más cosas sobre los Peñarandas, esos que tanto le han aportado a la vida económica, social, política y religiosa de nuestro departamento. Y es la oportunidad para que nos veamos.
   gusgomar@hotmail.com

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