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Motos ruidosas
Los especialistas de otorrinolaringología manifiestan con toda certeza, que los ruidos mayores de 80 y 100 decibeles en forma permanente producen trauma acústica crónica que conduce a la pérdida auditiva irreversible.
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Miércoles, 24 de Abril de 2024

Hay en Cúcuta y su Área Metropolitana, una proliferación de ruidos escandalosos propiciados por los conductores de las motocicletas que perturban la tranquilidad de la comunidad, causando zozobra y temor. Los conductores de estos vehículos no contentos con el ruido que producen estas máquinas salidas de fábrica, las modifican y les quitan los catalizadores del motor y los dejan directo, sin silenciador, produciendo un ruido espantoso.

Sumado a ello, también hay conductores que, como una forma de hacerse notar, o de hacerse el gracioso, estrangula su máquina, revolucionándola al máximo en la vía pública para producir un sonido parecido a disparos que atemorizan a los transeúntes y habitantes del sector.

En el Área Metropolitana circulan aproximadamente a vuelo de pájaro (no hay estudios o estadísticas recientes oficiales), cerca de 60 mil vehículos automotores, entre colombianos y extranjeros y 200 mil motocicletas nacionales y extranjeras. Un alto porcentaje de estas, echando “plomo” por las calles de la ciudad, como en el viejo oeste, produce pánico en los ocupantes de un carro al ser igualado por una moto, máxime si tenemos como clasificación, ser una de las ciudades más violentas del mundo.

Los especialistas de otorrinolaringología manifiestan con toda certeza, que los ruidos mayores de 80 y 100 decibeles en forma permanente producen trauma acústica crónica que conduce a la pérdida auditiva irreversible.

No vamos a pedir que persigan indiscriminadamente a los conductores de motocicletas, ya bastante tienen con los controles que les hacen por ser esos vehículos, las motos, las principales herramientas que tienen los maleantes para hurtar, atracar y sicariar, pero sí, que la policía nacional y los organismos de tránsito de los municipios del área hagan cumplir las normas establecidas por el Ministerio de ambiente, vivienda y Desarrollo Territorial.

Armas tienen suficientes las autoridades respectivas, empezando por la violación al código penal art. 355 que a la letra dice: “El que por cualquier medio suscite pánico en lugar público será acreedor de una multa” y el código de policía y convivencia igualmente determina que incurrirá en una multa tipo 3, cuyo valor es equivalente a 16 salarios mínimos diarios legales vigentes. Y para rematar, la resolución #627 del Ministerio de Ambiente faculta a las Corporaciones Autónomas Regionales a la vigilancia y control del ruido, así como a sus respectivas sanciones de conformidad al art.85 de la ley 99 de 1993.

Se hace necesario que Corponor como entidad encargada de la vigilancia y control del ruido, haga acompañamiento a la policía nacional y a los tránsitos, para medir los niveles de ruido permitidos.

Las normas existen, los que brillan por su ausencia son los encargados de hacerlas cumplir, caso patético son los parrilleros hombre que deambulan por los municipios del Área Metropolitana como pedro por su casa, cometiendo toda clase de delitos. La verdad no se entiende como transitan tranquilamente existiendo una prohibición literal sobre el parrillero.


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