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Las grande obras
La región vive un profundo aletargamiento de toda su clase dirigente,que ha perdido la iniciativa y el entusiasmo.
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Domingo, 10 de Marzo de 2024

Ahora que se anuncia la terminación de la doble calzada entre Cúcuta y Pamplona,que se construyó en los tiempos previstos y que con un costo de más de 2 billones de pesos tendrá enorme impacto en el desarrollo regional,es tiempo de reflexionar sobre la ausencia de grandes proyectos de inversión en los últimos años para Norte de Santander. En la pasada década el departamento tuvo un gran impulso con el apoyo del gobierno de Santos,mientras que en los 6 años anteriores no se ha concretado en la práctica un solo proyecto de trascendencia.Además de la megaobra de la doble calzada que se inició en el 2016,este año también se entrega en forma definitiva por parte de Ecopetrol el acueducto metropolitano de Cúcuta,que con una inversión cercana al medio billón de besos,garantizará la expansión del área metropolitana de la ciudad hacia Villa del Rosario y Los Patios,cuyos habitantes aseguran de esa manera un suministro confiable de agua potable para los próximos 50 años. Se trata del acueducto más grande construido en el país en las últimas décadas,que inicio su ejecución en el segundo mandato de Santos.

Durante el mismo periodo de gobierno y con un trabajo coordinado de las autoridades regionales, los gremios y la bancada parlamentaria, se hicieron realidad también obras como el nuevo aeropuerto Camilo Daza,más de 10.000 viviendas gratis,la segunda etapa del Palacio de Justicia con el denominado bunker de la Fiscalía,tres estaciones de la Policia Nacional,más de 400 cámaras de seguridad,el Puente Tienditas en la frontera con Venezuela y el intercambiador vial Jorge Cristo en la Ciudadela de Juan Atalaya,por solo mencionar las más relevantes de una inversion pública nacional sin precedentes. Sin duda la crisis de cierre de la frontera del 2015 contribuyó a que se activara la unidad regional y el impulso a proyectos de envergadura,que se concretaron en un compromiso serio del gobierno nacional en ese entonces.

En los años que siguieron no pasó nada importante en la región. Nos dormimos en los laureles y nos dedicamos a contemplar como espectadores pasivos la ejecución de los proyectos que habían arrancado en la mitad de la década anterior. No volvimos a proponer ni exigir un solo proyecto. La gran importancia de Cúcuta y el Norte de Santander en el cuatrienio de Duque fue convertirnos en el escenario geográfico de un fracasado show montado por su gobierno para tumbar al régimen de Maduro, con concierto internacional incluido.Y en los casi dos años de Petro tampoco se han definido iniciativas trascendentes,más allá de la Universidad del Tarra en el Catatumbo,que avanza lentamente y cuya viabilidad futura no se encuentra asegurada.

Con la reapertura de la frontera con Venezuela y el restablecimiento de las relaciones con el vecino país,los empresarios,gremios, parlamentarios y autoridades de la región deberían trabajar en el impulso de grandes proyectos productivos que atraigan inversión privada que permita aprovechar de mejor manera el proceso de reactivación del comercio que tendremos en los próximos años. Ojalá despegue de una vez por todas el Centro de Convenciones de Villa del Rosario,planteado desde hace 20 años, que al fin parece concretarse con el apoyo del Ministro de Comercio,Germán Umaña, el mejor aliado de la región en el gobierno central.Seguimos retrasados en materia vial con un deterioro gradual de la vía Ocaña por ausencia de nuevas inversiones,al igual que en la Carretera de la Soberanía que nos comunica con Arauca y la trasversal del Catatumbo entre Tibú- Convencion-La Mata.

La región vive un profundo aletargamiento de toda su clase dirigente,que ha perdido la iniciativa y el entusiasmo,mientras pasan los días dedicados a sus minúsculos pleitos locales y a definir pequeñas inversiones en parques,canchas deportivas,entregas de mercados y pavimentaciones de calles,que si bien contribuyen a aliviar en algo la difícil situación de las comunidades marginadas,nada significan para el desarrollo regional. Hace falta un fuerte sacudón,como hace una década,alrededor de grandes proyectos. Los nuevos mandatarios tienen la palabra.

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