¿No les produce algo de curiosidad que las expresiones artísticas en todas las protestas se generen desde el lado que expresa su inconformismo? Bien pocas manifestaciones culturales, por no decir que ninguna, han estado desde la otra parte que también dice tener la razón. La respuesta a esos cantos, a la música sinfónica, la expresión mural, los recitales de poesía, los conciertos en todas las calles del país parecen reducirse a gases lacrimógenos, tanquetas, pintura gris o blanca y pocas respuestas reales a los reclamos. ¿Se imaginan que el presidente del Consejo Municipal de Cultura de Cúcuta en vez de haber invitado a borrar el mural de El Malecón hubiese organizado una subasta o una colecta para ayudar a los artistas plásticos y muralistas de la ciudad que bien mal la deben haber pasado en este confinamiento? O que propusiera una tertulia para discutir cómo la reforma tributaria afectaba a varios sectores que él representa.
¿Se imaginan un desafío de breakdance entre quienes están a favor del gobierno y los que están cansados de la miseria? Qué tal una ronda de trovas improvisadas invitando a no atacar primero, un taller de lectura de los libros favoritos de los peores personajes de la historia o un concurso de filminutos sobre todas las manifestaciones que han surgido en rechazo al Gobierno e incluso desde quienes lo apoyan.
Eso parece utópico, lo que sí es real es que no exista una respuesta desde quienes están a favor de las decisiones del Gobierno a la altura de las expresiones artísticas de los manifestantes, salvo la generalización y las intenciones de exterminio. Los vándalos, los delincuentes que pescan en río revuelto no pueden ser confundidos con los artistas, que además históricamente han sido subvalorados, con quienes están cansados de un país que no les responde, un gobierno que tiene una otitis pública que ha empeorado en los últimos años.
El polémico exalcalde de Bucaramanga, actual candidato a la Presidencia, Rodolfo Hernández, cercano a la Alcaldía de nuestra ciudad, dijo hace pocos días algo que me parece lúcido: “esta protesta no es de la oposición, es de la ciudadanía” y es esa ciudadanía la que busca desde todos las formas ser escuchada; algunos sectores como el gremio educativo, los sindicatos, están en la mesa de negociación sentados debatiendo, pero otros como el de la cultural ni siquiera se convocan ¿qué representación tienen allí? ¿Fue ya convocado el Consejo Departamental de Cultura a la mesa de diálogo regional? Ignorar esto ha sido una forma recurrente de violencia contra el arte y la cultura, ignorar los males que han aquejado al sector y que se han masificado en pandemia es una perversidad. El silencio a los reclamos a través de expresiones artísticas es una señal evidente de una desconexión entre las políticas culturales y todos los sectores; hay que tenerlo en cuenta, amigo artista, ya viene el tiempo electoral.
@yopoetrix