Desde mis tiempos de la revolución del Frente Unido, en la universidad de Caldas, admiro con agrado y respeto a Orlando Cadavid, reportero de radio y cronista de prensa y hoy consagrado columnista de La Patria de Manizales. Desde hace unos años le sigo con devoción y afecto, porque rememora con detalles, las vivencias políticas del periodo que de la dictadura de Rojas y el Frente Nacional, hasta más acá de la primera década del milenio. Nos recuerda los hechos grandes y las miserias del poder, con la picaresca de la política que incluye Presidentes, Jefes de los partidos, ministros, gobernadores, cardenales y obispos y sobre todo personajes de alto y bajo coturno de Manizales y el viejo Caldas. No hubo Presidente de tal época que haya escapado a su pluma sarcástica del cotilleo político que ellos protagonizaron y adobaron con el más fino picante.
Con el último huracán que sacudió a la Revista SEMANA tan desolador como “Iota”, que arrasó a Providencia, nos refrescó la memoria sobre el desvanecimiento de las dinastías periodísticas Bogotanas, de manera similar al desvanecimiento de las poderosas casas políticas que agonizaron con la carta del 86 a la que ayudaron a “bien morir”.
Sí, Orlando nos recordó, cómo cada dinastía periodística capitalina, resollaba fuerte y cada una con Presidente a bordo. Y jocosamente de cada una de esas casas periodísticas se podía cantar, según él, como en “las acacias”, la canción del dueto de antaño: “ya no vive nadie en ellas”.
El diario El Tiempo de la casa Santos, pasó en venta por varias manos hasta dar en un al conglomerado bancario. El Diario La República de la Casa Ospina pasó en venta a otro conglomerado económico; el grupo Ardila Lulle. El diario El Espectador de la Casa Cano, la línea del independentismo colombiano, pasó a manos de otro conglomerado poderoso de Colombia el de la “bebeduría” o Grupo Santo domingo. El diario El Siglo de la Casa Gómez, pasó a ser propiedad de Redes e Instalaciones SAS.
La Casa López no fue afortunada en mantener su casa periodística, pero lo intentó. Primero con la fundación de “El Liberal” que nació muerto. Y con el paso del tiempo, Felipe López Caballero resucitó la revista SEMANA, la más exitosa de los últimos tiempos en Colombia, hasta que luego de varios huracanes llegó en venta a manos del Grupo económico de los Gilinski.
Un grupo económico, que hace dos años anda de compras de lo que se le atraviese, al precio que sea. En otros términos, la mitad de la opinión impresa del país, se vendió.
Quedan vigentes las casas periodísticas de la provincia. En Medellín el Diario El Colombianos de la Casa de los Gómez Martínez, En Cúcuta El Diario La Opinión de la Casa Colmenares, En Manizales el diario La Patria de la Casa Restrepo Restrepo. En Bucaramanga el Diario Vanguardia Liberal de la Casa Galviz Ramírez, En Cali el diario El País de la Casa Lloreda, En Barranquilla el diario El Heraldo de la Casa Fernández.
Dios guarde las dinastías periodísticas de la provincia, para que Colombia respire con alguna independencia.
Adenda: Como nos duele la partida de los amigos símbolo del afecto cucuteño: JuanK y Perico Fuentes. En cada encuentro con ellos recibíamos una dosis de alegría y optimismo. Ya Dios los recibió así.
