La Opinión
Suscríbete
Elecciones 2023 Elecciones 2023 mobile
Columnistas
La verdad nos hará libres
Este elemental análisis me induce a pensar en la realidad de nuestro país frente a los “desconocidos” acuerdos de La Habana.
Authored by
Martes, 9 de Agosto de 2016

Amables lectores: Casi todos tenemos idea de lo que es verdad, pero ¿qué es?

Groso modo podríamos decir que es todo aquello que se ajusta a la realidad, que es cuantificable, mensurable, que se puede demostrar que es evidente, que es sincero y de buena fe.

Ciertamente verdad y sinceridad se complementan porque sincero es todo aquel que obra sin dobleces, sin mentiras y sin engaño.

Para conocer la verdad es imprescindible investigar, escudriñar, analizar, confrontar, comparar y reflexionar. Si no lo hacemos así podemos ser inducidos al error, al desengaño y frustración. 

Este elemental análisis me induce a pensar en la realidad de nuestro país frente a los “desconocidos” acuerdos de La Habana que el pueblo colombiano sin conocimiento alguno de ellos debe aprobar o improbar con el plebiscito a realizarse en septiembre. Esto encierra un altísimo compromiso al decidir sobre lo desconocido y puede llevarnos a cometer un gravísimo error. 

Exijamos del gobierno una clarísima información previa sobre el tema y así despejar las dudas que hoy agobian al pueblo colombiano y que producen un profundo temor de caer en el error. No permitamos que el alto gobierno practique con nosotros el jueguito de nuestra niñez de la “gallina ciega”, que fue el origen de muchísimos golpes, caídas y fracturas. Cuando escuchamos hablar al señor ‘Timochenko’, tenemos la certeza que dice la verdad cuando expresa que “No tiene nada de qué arrepentirse porque él es consecuente y coherente con su condición de guerrillero”. 

Igualmente le creemos cuando dice que el gobierno no ha explicado que la firma de los acuerdos “no es la paz” pues el proceso de pacificación solo se iniciará cuando se implementen, se verifiquen y se ratifiquen dichos acuerdos, como lo dice el artículo 6o  de los mismos. Hay falencias en la comunicación entre el gobierno y el ciudadano del común. El señor presidente nos habla permanentemente de la firma de la paz y del maravilloso país que él dejará sin guerra.

El señor ‘Timochenko’ nos habla de un acuerdo o sea un pacto o un contrato que solo implica la no agresión, no voladura de oleoductos, no secuestros ni extorsión mientras se consigue el propósito final de la implementación en Colombia, igual que en Venezuela, del socialismo siglo XXI.

¿Ha sido claro el Gobierno con el pueblo colombiano al explicar la metodología que emplea al defender sin traumas para la nación los compromisos adquiridos en La Habana?

Debemos preguntarnos: ¿Queremos los colombianos, que nuestra democracia con todos los defectos que pueda tener sea cambiada por el socialismo Bolivariano siglo XXI? Lamentablemente aún somos el 5º país más desigual de América Latina, la brecha social es enorme, nos ahoga la injusticia, la pobreza, la falta de oportunidades con una corrupción asfixiante y en crecimiento de la mano de la impunidad que la robustece y la estimula al no existir sanción.

Con todos los defectos y falencias jamás queremos ser otra Cuba ni otra Venezuela llenas de sufrimientos para sus ciudadanos.

Es imperioso conocer “la verdad” antes de manifestar nuestra posición en un plebiscito, para no correr la suerte del ciego que cayó en un hoyo profundo del que jamás pudo salir. En una democracia como la nuestra, que reconoce el derecho constitucional a la libre expresión, no podemos seguir satanizando y declarando enemigos de la paz a quienes tienen una opinión diferente de la difundida y apoyada por el gobierno central.       

Temas del Día