Por estos días de fin de año decidí acompañarme de un libro mientras ocurrían los encuentros con la familia, los amigos, las reflexiones, los balances, los restaurantes, los infaltables whiskys, y leo el libro ‘El Jugador de Dostoievsky’; un libro que tiene su historia porque fue escrito en 1863 en apenas 20 días. La realidad por aquellos años es que el escritor estaba próximo a afrontar un duro invierno con muchas deudas, y como tal le venían unos días muy duros, y así un editor que quería sacar provecho de esa situación le propone escribir un libro en tiempo récord, so pena en caso de no hacerlo, de quedarse con los derechos del escritor durante 9 años. La realidad era que el editor creía hacer un gran negocio y en el fondo le apostaba a la imposibilidad de recibir la publicación del escritor. Se equivocó, Dostoievsky le dice a una mujer que le copie lo que le va a dictar y así en 20 días se escribió uno de los mejores libros de la literatura universal.
El libro narra la historia de un jugador compulsivo, Alekséi quien se enamora de Polina, quien provenía de una familia de la aristocracia de los zares y se encontraba en dificultades económicas, y le propone a su pretendiente que vaya a la ruleta a jugar porque necesitaba dinero. La vida es un juego como lo decía Julio Cortázar en Rayuela, pero leyendo esas noticias de principio de año, aquellas que aún no se saben si son aún una inocentada, o que no logré entender bien por los efectos aún de una resaca, leí esa noticia del cese del fuego bilateral del Eln. Tan solo 24 horas después el grupo guerrillero le dijo al Gobierno que ellos no habían firmado nada. Ahí me di cuenta que los excesos de Whisky fueron en la Casa de Nariño, o algo más, que como en el libro de Dostoievsky, gobernar es jugar. Del expresidente Santos se decía que jugaba póker. ¿Será que Petro juega a la ruleta o a los dados como Alekséi que lo hacía por el amor a una mujer?
¿Cómo puede entenderse que un presidente anuncie algo tan importante, un cese bilateral con un grupo guerrillero, noticia que tiene trascendencia internacional, y la guerrilla no sabía? Un gran oso como lo calificó el exministro Juan Camilo Restrepo. ¿Eso es lo que nos espera en muchas de otros proyectos en Colombia para el 2023 como la reforma a la salud, la política y la pensional? ¿Hasta dónde gobernar es jugar? Colombia ha tenido presidentes que han jugado con asuntos de Estado, como sucediera hace 4 años con Duque que un fin de semana le apostó a que tumbaba a Maduro. Otro ilustre expresidente liberal, Turbay Ayala, en un su mandato tomó el avión presidencial y sobre el camino preguntaba que presidente en Europa lo podía recibir.
Lastimosamente en muchas decisiones de Estado se juega como en el libro de Dostoievsky hasta para ganar las elecciones. Y no es sino mirar lo que puede suceder en diez meses en nuestras elecciones regionales en las que muchos candidatos jugarán como si se tratare de una ruleta, el que más tenga dinero y haga la mejor apuesta seguramente ganará la partida. ¿Alguien podrá ganarle al exgobernador Villamizar con su fuerte poder económico? Difícil, bastante improbable aseguran muchos. Marthey lo cree posible y por sí misma es una loable labor. Para la alcaldía de Cúcuta creo que uno de los legados políticamente más dañinos que deja esta deficiente administración es la no continuidad de un candidato de centro. La mala gestión difícilmente le deja posibilidad al candidato de esta administración. Lastimosamente toma fuerza la clase política tradicional. Aún así soy de los que creo que aún no ha salido el candidato que Cúcuta necesita. El desencanto por el actual estado de la ciudad es manifiesto y generalizado. Esperemos que en Octubre Cúcuta por fin gane una partida.
Gracias por valorar La Opinión Digital. Suscríbete y disfruta de todos los contenidos y beneficios en: http://bit.ly/SuscripcionesLaOpinion