El lunes de esta semana el mundo fue impactado por la noticia sobre una posible recesión mundial, tras conocerse el incremento de la tasa de desempleo hasta 4.3% en Estados Unidos y la gran alza de las tasas de interés en Japón.
El temor de una recesión en Estados Unidos, los decepcionantes resultados de algunas de las compañías tecnológicas y los efectos en las subidas de los tipos de interés en Japón arrastraron las bolsas de todo el mundo encabezadas por Wall Street. El Nikkei de la bolsa de Tokio cerró perdiendo 12.4%, su segunda mayor caída histórica después de la registrada el 20 de octubre de 1987, y Wall Street tuvo su peor jornada en dos años, con fuertes pérdidas en sus principales indicadores.
Japón es un país a donde acuden los inversionistas ante las ventajas derivadas del uso de su moneda para el intercambio y su consecuente rendimiento. Es el país más endeudado del mundo, pues la deuda duplica su PIB, con una relación: deuda/PIB=2.2.
El temor de una recesión castiga los mercados. El campanazo de alerta lo dio el lunes la bolsa de valores de Tokio tras reaccionar al alza de las tasas de interés y derrumbó las bolsas del mundo: Tokio -12.455, Corea -8.7%, Alemania –1.8%, Brasil -0.6%, Chile -3.3% y Francia -3.2%, por citar algunas.
En Estados Unidos, pese a la baja en el empleo y a una inflación del 3.1%, no habrá recorte en las tasas por parte de la FED, por ahora esa posibilidad tal vez no se dé. En Colombia la caída de la bolsa y las acciones, la subida del dólar al precio más alto en 8 meses, la baja de la inflación en julio hasta 6.8 % y la subida de la proyección del PIB por parte el Banco de la República del 1.4% al 1.8% para 2024 y de 2.7% para 2025, harán que el Banco Emisor continúe siendo cauto al reducir las tasas de interés.
Esto conlleva a que el lunes negro, anunciado por los diferentes medios de comunicación, no sea una realidad que nos lleve a recordar el crítico día del 20 de octubre de 1987 con el trágico desplome mundial del mercado de valores.
Por ahora nos prepararemos para la llegada del viernes negro (Black Friday), en noviembre, un día después del Día de Acción de Gracias, en el que las ofertas y promociones estimulan las compras.
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