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Falta de patriotismo
Permanece en las poblaciones un sentimiento anti centralista que conlleva una falta de solidaridad.
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Domingo, 7 de Julio de 2019

Desde hace algún tiempo, pensadores propios y extranjeros aseguran que Colombia padece una dolencia deplorable que es la falta de una conciencia nacional. Vivimos mentalmente aislados en regiones que, por falta de vías de comunicación antes y, hoy, por localismos egoístas, nos impide tener la visión de un país común.

Aunque el aislacionismo ha permitido el florecimiento de capitales regionales, permanece en las poblaciones un sentimiento anti centralista que conlleva una falta de solidaridad con propósitos nacionales. Aparte de que los apetitos políticos han convertido a las provincias en feudos electorales donde se exacerban los sentimientos localistas. Pero, por esa vía, los departamentos y municipios se han convertido en botines en los que reina la corrupción para apropiarse de los dineros públicos. 

Si bien la descentralización es una buena herramienta para estimular el desarrollo regional, cuando se pierde una adecuada coordinación de objetivos y se propicia una falta de control de las inversiones, el resultado es desastroso.

La política regional es una competencia reñida para obtener los privilegios del sector público. Se invierten desmedidas sumas de dinero en las campañas electorales, síntoma de la peligrosa intención de recuperar esos gastos con los presupuestos oficiales. De esa manera, los proyectos de inversión obedecen al interés particular de los ejecutores y, por eso, las obras muchas veces son aisladas e innecesarias, y siempre al alcance de las garras de los deshonestos.

Por su parte, el odioso centralismo capitalino es también causante de la desconfianza de los habitantes de la llamada, con aire despectivo, “la provincia”. Los altos funcionarios del gobierno central, con frecuencia, se sienten depositarios de un poder inalcanzable, y son desconocedores de la realidad de esas lejanas comarcas.

Para traducir en unos ejemplos el fenómeno de la falta de patriotismo, me refiero solamente a los proyectos viales del país. Es el caso de las variantes que se construyen para sacar el tráfico vehicular de las poblaciones con el fin de mejorar la vialidad. Pues bien, al poco tiempo, con la anuencia de las autoridades locales claro está, en las franjas pertenecientes a la nación, a orillas de las carreteras, se construyen comercios, casas, edificios de tal suerte que las convierten una vez más en las calles principales de los pueblos. Algo parecido ocurre con las nuevas carreteras que se abren a lo largo del territorio.

Ante el gravísimo problema que afronta la carretera que comunica a Bogotá con Villavicencio, el ministerio de transporte ha señalado que los derrumbes del kilómetro 58 que obligan a mantener la vía cerrada por varios meses para reparar los daños, fueron causados por construcciones autorizadas en la cima de la montaña sin tener en cuenta el daño ambiental que iban a producir. Esto vuelve a indicarnos que, en Colombia, está imperando el interés local o particular sobre el bien común, y nos demuestra la falta de patriotismo que dificulta un desarrollo armónico del país.

ramirezperez2000@yahoo.com.mx

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