Amables lectores: Desde el inicio de la pandemia se debate que camino tomar en el esfuerzo por salvar vidas. Se busca que medidas como el aislamiento obligatorio impacten lo menos posible la economía del país. Las cifras a la fecha confirman esa preocupación. La secuela económica y social más graves de la pandemia será un aumento dramático de desempleo y pobreza. Los desplomes de actividades productivas golpean ya a los informales, los pobres y, en general, a los más vulnerables.
Las proyecciones de crecimiento siguen cayendo. De acuerdo con la CEPAL La disminución en América Latina y el Caribe caerá el 9,1% del PIB. Venezuela, quizás el peor país de todos, ya acumula el -14%. Para finales de 2021 se esperaría en América Latina un crecimiento en el 2%, bajo pero importante. El desempleo regional se estima en un 13.5% y el nivel de pobreza en el 37.3% de la población.
En cifras, eso se traduce en 18 millones de nuevos desempleados y un aumento de 45 millones de personas en condiciones de pobreza. En Colombia, las perspectivas de empleo no son buenas. Con tazas de más del 20% de desocupados se necesita con urgencia medidas de choque. Ya existe gran preocupación por los 5 millones de colombianos que ya no tendrían que comer o con alto riesgo de subalimentación.
No obstante, la gravedad de esta crisis frente a las anteriores tiene la ventaja que no es financiera. La recuperación va a ser muy gradual en forma de W, sube y baja, originada principalmente por las cuarentenas, las medidas de aislamiento y los eventuales rebrotes que crean ansiedad en los mercados e inestabilidad en el consumo. Las próximas elecciones de Estados Unidos aumentan la volatilidad en esa importante economía.
Los mercados disfrutan hoy de excesos de liquidez debido a altos estímulos fiscales y esto favorece al mercado por las bajas en tasas. Como inversionista no se debe ser especulador porque estamos en un medio desconocido muy volátil y con mucho riesgo. El dólar ha ido perdiendo algo de valor y aunque se espera una mayor devaluación de esta moneda el mercado no tiene ni idea hacia donde va el dólar, toda vez que las proyecciones no muestran ninguna tendencia.
Analizaré rápidamente la situación económica de algunos países de América Latina: Argentina, busca disminuir deuda en el 10% y esto le ocasiona una contracción de su PIB del 14%. Cifras locas que en resumen incrementa su perfil de riesgo por el COVID al ser una economía mal manejada. La economía del Brasil se contrae nuevamente después de 3 años de la anterior crisis a causa de la pandemia. El mal manejo dado a la pandemia traje desprestigio político que dificulta realizar las reformas necesarias. Su recuperación será muy lenta. Si miramos México, López Obrador no genera confianza para la inversión privada y quieren menor inversión extranjera. Contrario a lo esperado por su tendencia socialista, no ha ayudado a la gente durante la pandemia, porque solo ha invertido el 1% del PIB, la inversión más baja del mundo. Allí se ha hablado de reforma pensional que contemple una rebaja en las semanas de pensión y una carga adicional de 6 puntos en la cotización de los empleadores. Lo anterior, es una propuesta muy grave para incentivar el empleo en esta crisis.
En Colombia, se destaca la fortaleza de las instituciones. Al abrir la cuarentena, como era lógico, se aumentaron los casos de contagio. Se espera que la economía caiga un 5% en el 2020 y se recupere un 4% en el 2021. Aunque hacer proyecciones es muy difícil porque se desconoce hacia donde va la pandemia los expertos creen que en Colombia, la recuperación va a ser rápida por la fortaleza institucional.
En nuestro país se debe tener cuidado con el populismo porque a mayores problemas y dificultades las demandas sociales encuentran un terreno abonado. Cuidado en Colombia con los retiros en los fondos de pensiones, toda vez que esto deteriora la economía.
No todos los retiros van destinados a mejorar el consumo como afirman los defensores de esa norma sino que gran parte de esos dineros van a jugar en el mercado especulativo riesgoso y volátil. La directora del FMI es muy clara cuando afirma: “Durante la pandemia gaste lo que necesite pero guarde los recibos para saber en que se gasta”.