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¿Es con calidad y elitismo?
“La marea  alta,  eleva  todos  los  botes”, Jhon F. Kennedy 
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Jueves, 18 de Julio de 2019

Cada vez que entraba al salón de clase y cerraba la puerta, encendía el video beam con esta diapositiva de inicio, o escribía en la pizarra, para enseñar Ciencia Política o Teoría de las organizaciones; la frase transcrita del presidente americano.

No he encontrado una mejor definición de calidad, que ésta de la marea alta.

Y esa marea alta la imponen las dos herramientas de gerencia de la moderna gestión pública competitiva: La Planeación y el Control Interno.  

Los estudiantes, los mejores, esos izquierdosos que me contrariaban y disentían, a veces me tildaron de neoliberal y elitista. Era solo una estrategia pedagógica entretenida, tener a al alumno pensando en contra, como decía Ortega y Gasset. Pero no, el mensaje realmente era obsesionarlos con la calidad en la Gestión Pública. 

Y lo bueno de la docencia es que es un laboratorio interesante, cuando se da la circunstancia que las mismas asignaturas se dictan en escenarios distintos. El de la universidad privada y el de la universidad pública.

Y el ejercicio es muy interesante en las escuelas de Derecho de la región, públicas y privadas y en el pregrado de la Escuela de Administración Pública ESAP. Pues la cuadricula de las dos escuelas es diferente. Las primeras cada día se tornan inexplicablemente más adjetivas y la de gerencia pública cada día más sustantiva y pragmática.

Y en el mercado laboral se nota la diferencia. Es fácil detectar la falta de calidad de los profesionales por los resultados en la gestión o en la asesoría. Es fácil detectar primero el descuido de la formación ética en las academias de Derecho, que se traduce en la medianía, en el facilismo, o como me decía vulgarmente un exalumno: Profe, aquí practicamos el aforismo francés: “laissez faire, laissez passer”, dejar hacer, dejar pasar, sin exigir cumplimientos, en otros términos, dejar devengar.

Pero aunque suene antipático, al futuro hay que comenzar a darle un sentido de calidad, un poco elitista, entendido el término de la selección de los mejores profesionales de cada partido político o de cada movimiento de opinión, los más competentes y experimentados, los más honestos, los más eficientes no importa que no tengan cauda electoral. 

No se puede malgastar un periodo de gestión, simplemente en la compensación de caudal electoral por burocracia. 

Pero el municipio de Cúcuta no puede seguir desinstitucionalizado y ello es una interesante propuesta para los candidatos en la liza política, comprometerse en elevar la calidad de la gestión municipal,  para lograr una visión realizable a largo plazo. ¿Como imaginamos a Cúcuta en el año 2035?

Adenda: La calidad debe entra también al Honorable Concejo. Hay que corregir errores y refinar la representación popular.

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