Suscríbete
Elecciones 2023 Elecciones 2023 mobile
Columnistas
El país sobrevive
Cabe preguntarse ¿por qué, a pesar de estas nocivas acciones, Colombia no está totalmente arruinada?
Authored by
Jueves, 6 de Noviembre de 2025

Hoy es imposible sintonizar noticieros, abrir periódicos o recibir mensajes de las redes que no se refieran a afirmaciones del presidente de la República, y creo que nunca ha pasado alguien por la silla presidencial que haya enviado tantos mensajes, comentarios, ataques, réplicas y contrarréplicas furiosas.

Y no son para informar los logros del gobierno sino para opinar sobre política, porque no se anuncia la terminación de un gran proyecto; la puesta en funcionamiento de un acueducto o un aeropuerto; la construcción de casas para familias pobres; la electrificación o la apertura de carreteras en zonas rurales, ni la construcción de puertos marítimos o fluviales. La presidencia no anuncia la pacificación de regiones como el Catatumbo o los departamentos de Nariño y el Cauca, para citar algunos ejemplos.

Por el contrario, el gobierno se ufana de empobrecer a ECOPETROL, la empresa que produce los mayores ingresos a la Nación; de acabar el sistema de salud que ha funcionado, aun con defectos remediables, por 30 años; de desmantelar las fuerzas armadas y de policía, como lo hizo Chávez en Venezuela por miedo a que le dieran un golpe de estado; de paralizar la construcción de carreteras concesionadas y negar a alcaldías y departamentos los recursos aprobados cuando sus mandatarios no son de su agrado.

Cabe preguntarse ¿por qué, a pesar de estas nocivas acciones, Colombia no está totalmente arruinada? Creo que hay tres razones principales:

La primera, porque en alcaldías y gobernaciones hay mandatarios que no dependen del presidente y han impulsado el progreso con el apoyo de sus habitantes. Bogotá, por ejemplo, tiene una ruta de modernización evidente reconocida internacionalmente, gracias a la buena administración del alcalde Galán y a pesar de que el presidente quiso paralizar la construcción del Metro y negar los recursos que ya estaban contratados para otras grandes obras. En Antioquia se unieron sus habitantes para aportar los recursos necesarios para concluir obras como el túnel del Toyo a las que el presidente negó las partidas presupuestadas. Lo mismo se puede afirmar de Barranquilla, Cali, Bucaramanga, Villavicencio y otras ciudades.

La segunda razón es la intervención de las Cortes y los Jueces que han impedido que por medio de decretos se viole la Constitución y las Leyes, y que han defendido instituciones nacionales que el gobierno ha querido tomarse para utilizar los recursos a su manera.

La tercera razón es la fortaleza de la empresa privada que el presidente detesta y quisiera acabar. Empresas que, durante 20, 50 y hasta 100 años, han contribuido al desarrollo de sus regiones, al progreso de sus trabajadores y al pago de impuestos. Son actividades de construcción, manufacturas, producción de café y flores, transporte, educación, generación de electricidad, distribución de combustibles, confecciones, marroquinería, medicamentos, comercio, y etcéteras incontables, que emplean a cientos de miles de trabajadores.

Por estas razones los colombianos -incluyendo a los fanáticos seguidores del presidente - vivimos con relativas tranquilidad y alegría. Y el trabajo de muchos es lo que les permite ganar su sustento, muy distinto a los que se enriquecen robando los recursos públicos como registran día tras día los medios de comunicación. Colombia es más fuerte que los políticos, que los partidos, que el gobierno, y es capaz de sobrevivir a todas sus desgracias. Trabajemos con amor por ella.

ramirezperez2000@yahoo.com.mx


Gracias por valorar La Opinión Digital. Suscríbete y disfruta de todos los contenidos y beneficios en https://bit.ly/SuscripcionesLaOpinion . 

Temas del Día