
La inmensa mayoría de los migrantes, sustentan su decisión de abandonar un país, por la falta de oportunidades en temas como estudio, trabajo, seguridad para la inversión, o por el fenómeno de la violencia que afecta a muchos países en el mundo, entre ellos Colombia.
Cuando las cifras del Banco de la República nos indican que al país están llegando más de 1.000 millones de dólares al mes, por concepto de los giros que hacen los colombianos desde el exterior, podemos imaginar la magnitud del fenómeno para nuestro caso, en donde urge un plan que le permita a los nacionales encontrar las condiciones necesarias para que no tengan que abandonar el país, pues el migrante es una persona que en la mayoría de los casos está en capacidad de prestarle un gran servicio a su nación de origen.
Cuando se trata de personal capacitado, en el cual se ha invertido un capital en su formación a través de todos los ciclos, resulta lamentable que ese talento tenga que entregar su conocimiento y experiencia a otros países, pues en este no encuentra posibilidades para desarrollar sus habilidades. Toda Latinoamérica está padeciendo ese problema, lo mismo que los países de la Europa del Este y también los africanos. En sus respectivas naciones no encuentran oportunidad, porque la economía no crece a buen ritmo, tampoco las posibilidades de nuevos desarrollos.
Al no generarse oportunidades, no se está cumpliendo con el ciclo, en donde se requiere que un gran esfuerzo educativo, esté acompañado de alternativas de crecimiento, para que los nuevos talentos puedan encontrar instrumentos que les permita aportar sus esfuerzos para propiciar la expansión de todo el conjunto de la actividad nacional.
Los países desarrollados, están en la tarea de bloquear al migrante no capacitado colocándole innumerables barreras y persecuciones, pero le ofrecen toda clase de oportunidades al que ya se ha educado y domina un área del conocimiento, pues encuentran el camino fácil para llenar la demanda del talento humano, a costa del esfuerzo que han hecho otros países para educar a su población, a quienes les ha entregado, con sacrificio y apreciable inversión económica, un título en un área del saber, y fuera de eso, le ha enseñado a dominar el idioma de otro país al cual se van para entregar su patrimonio intelectual.
Esta situación hace que el desarrollo de los países más débiles se retrase, pues no puede retener a su personal calificado para lograr sus expectativas de crecimiento, lo que hace que se requiera un plan que permita la generación de oportunidades, para que se haga justicia frente a los esfuerzos que hacen los países más débiles para capacitar a sus habitantes y para anhelar un mejor futuro colectivo.
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