Lo que está pasando hoy en las grandes universidades de los Estados Unidos, centros de la inteligencia y la innovación mundial, del libre pensamiento y el debate estructurado, podría ser el inicio del declinar de la academia gringa, y ahí sí, el declinar total de la sociedad humana más exitosa, corroída por el virus socialista.
El progresismo gringo compara lo que sucede con el movimiento antiVietnam y nada más lejos de eso. La absurda intervención en Vietnam, buscando respaldar el decadente imperialismo francés, para que después la izquierda francesa despotricara contra Estados Unidos, fue un acto de hegemonía, no de defensa. Y fue mal planeada como guerra de posiciones siendo una guerra de guerrillas, degenerando en los crímenes gringos de tropas drogadas. La razón final, como lo muestra la historia, estaba del lado de Occidente, pero los medios fueron inadecuados.
El contraataque de Israel a Hamas es un acto de autodefensa, contra un grupo que busca el exterminio de Israel y los judíos, como en su día proclamó el gran muftí de Jerusalén, amigo y admirador recalcitrante de Hitler. El progresismo gringo, que alcanzó su cota más alta en el desastroso gobierno Obama, cuyas acciones hoy vemos reflejadas en el expansionismo de Irán, en la creación del Estado islámico, en el riesgo que es Afganistán, en el matoneo ruso o el poder chino, lo que hizo fue traer a suelo estadounidense a sus enemigos.
El virus del socialismo impregna hoy a una juventud capturada en la drogas y los eslóganes vacuos, en los inmigrantes que no buscan asimilarse sino destruir la sociedad que los recibió, en una academia que abandonó la discusión seria y estructurada por la defensa de etéreos "derechos sociales", una prensa activista y un concepto de política exterior basado en el apaciguamiento y "el claro declinar americano".
Hoy jóvenes izquierdistas dirigidos aplican tácticas de “Primera Línea” buscando mostrar fuerza y "defensa de principios" que confluyen en grupos queriendo quemar la bandera estadounidense. Las minorías recalcitrantes se tomaron Estados Unidos y los gobiernos de izquierda hacen coro.
Lo de hoy se parece bastante más a la Alemania de los años treinta, cuando el nazismo permeó las grandes universidades y centros de pensamiento con las consignas totalitarias de la exclusión. La persecución antisemita y la discriminación positiva a favor del nazismo invadió la intelligentsia alemana y de eso nunca se recuperó totalmente, pues perdió a sus mejores pensadores, no solo judíos sino librepensadores. Los encapuchados de la First Line recuerdan las fuerzas de choque nazis que perseguían lo que odiaban. Como dice Niall Fergusson, el comunismo y el fascismo son las dos patologías de la sociedad Occidental y son dos caras de la misma moneda, totalitaria y excluyente.
Israel usa fuerza desproporcionada para disuadir a sus enemigos. Irán, el más reciente maneja todos los grupos radicales islámicos como Hamas, Hezbolá, la fuerza Quds de Irán, los Hutís yemeníes, a los que apoya con armas y municiones mientras en sus países campea el hambre. Israel tiene claro que si mi enemigo me quiere eliminar, es mi derecho eliminar al enemigo, sea un enemigo bélico o un enemigo político como la izquierda progresista mundial mediante organizaciones multilaterales u ONGs, a las cuales neutraliza no dejándoles infiltrarse en Israel, como hacen en Colombia.
La UNRWA, Naciones Unidas en la franja de Gaza, era pro-Hamas y antijudío, como lo es Gustavo Petro que rompió relaciones con Israel, yendo una vez más en contra de la mayoría de la ciudadanía colombiana.
El ataque con drones y misiles sobre Israel desde Irán, Libano y Siria fue respondido por Israel. No hacerlo crearía un gravísimo precedente que debilitaría a Israel. Hay que escalar el conflicto hasta que los radicales desaparezcan; Irán ahora ruega por desescalar. Así se tratan los radicales, es lo que bien enseña Israel.
El progresismo gringo es la cara del American Fascism, como lo es en Latinoamérica.
Manuel Guillermo Camargo Vega
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