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Dura transición
En el primer trimestre del año, el déficit en la cuenta corriente de la balanza de pagos alcanzó el nivel negativo más bajo en más de dos décadas.
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Sábado, 11 de Julio de 2015

En el primer trimestre del año, el déficit en la cuenta corriente de la balanza de pagos alcanzó el nivel negativo más bajo en más de dos décadas, superando los de los años 97 y 98 que habían sido los peores en la historia económica reciente del país.

En esos mismos años, coincidió que el peso estuvo más revaluado en términos reales que en cualquier otro período, comenzaron a presentarse los mayores déficits fiscales y se dispararon las tasas de interés. En la actualidad, el cuantioso déficit en cuenta corriente de la balanza de pagos no vino precedido de un período de revaluación real como entonces, pero a pesar de que se estaba exportando petróleo a muy buenos precios, el déficit de la cuenta corriente ha sido negativo y superiora a 2 por ciento del PIB desde 2006, año en el que se cerraron las puestas para exportar a Venezuela. Desde 2010 ha sido del orden de 3.5 por ciento en promedio. No se había tenido previamente plena conciencia de esto porque fueron años de cuantiosos ingresos de capital. La caída abrupta del valor de las exportaciones de petróleo y la devaluación superior al 40 por ciento anual ha sido un rudo despertar.

Valdría la pena que el Banco de la República haga un estudio riguroso par entender, pero mientras este aparece, hay observaciones que se pueden hacer basadas en datos publicados: En el período 1987-2015 el índice de la tasa de cambio real que afecta nuestras exportaciones menores, que publica el Banco de la Republica, tuvo un promedio superior en 8 por ciento al de2010 que es el año base, y estuvo pocos años por de debajo de 100 (cinco). La correlación entre las diferencias de este índice respecto al promedio y las de la cuenta corriente de la balanza de pagos, como proporción del PIB, es positiva y relativamente alta (60%). Algo similar ocurre en la relación entre la cuenta corriente como proporción del PIB y las exportaciones como proporción del PIB (correlación de 62% entre las diferencias), pero la tasa de cambio real no afecta tanto el nivel de exportaciones como proporción del PIB como otros factores que no se controlan (la economía mundial, los precios de las materias primas, México, Perú, China, etc.)
La correlación entre el déficit fiscal y el de la cuenta corriente de la balanza de pagos es positiva pero débil (de 9 a 13%).

Lo más importante que se debe tener en cuenta es que para salir del hueco en el que nos encontramos se necesita que crezcan rápidamente las exportaciones de bienes industriales, agrícolas y servicios y esto no se logra manipulando exclusivamente variables macro económicas. Todo el mundo se pregunta por qué no reaccionan las exportaciones como resultado de la devaluación, Probablemente porque la tasa de cambio no es la variable más relevante.

En una reunión patrocinada por BANCOLDEX en su nuevo rol de banco de desarrollo, el director de EDI (la agencia de Singapur de innovación para el desarrollo) y su equipo mostraron que el ingreso por habitante de ese país ha pasado de USD$450 en los años 50 a USD$54,000 aproximadamente. Lo lograron orientando la economía a “producir para exportar”, ascendiendo año tras año por las escalas de valor agregado y de tecnología para exportar productos y servicios cada vez más sofisticados. Esa es la tarea en la que posiblemente nos pueda ayudar esa misma agencia. x

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