
“Uno no aprende a nadar comiendo pescado”. Anónimo
Uno de mis contradictores asiduos, al referirse a mi columna pasada me reprocha por hilar delgado al dar los nombres de los senadores liberales que aprobaron la reforma laboral que empoderó a los privilegiados sindicalizados, que quebraron tantos entes públicos y privados del llamado mundo occidental.
Los nombres que mencioné son lo de menos. Lo de más; es la privatización de los servicios públicos domiciliarios básicos, porque el enorme tamaño del sector público descentralizado, el déficit fiscal y la corrupción volvió al Estado ineficiente.
Ahí nos encontró la Constitución de 1991 y la Ley 142 de 1993. Esas minorías de privilegiados formales y sus convenciones colectivas se atragantaron con nuestras empresas públicas de servicios domiciliarios como EIS CUCUTA Esp y CENS y ese marco constitucional y legal nos obligó a ser Sociedades Anónimas.
En 1997 las empresas eran inviables, solo EIS tenía pérdidas acumuladas de $28 mil millones y su insuficiencia de recursos le llevo a incumplir pagos al BID; la Nación como codeudora pagó y nos intervino.
La paradoja es que los trabajadores formales en Colombia son la minoría, solo el 45%, el sindicalismo corrupto que quebró en el mundo occidental dejó por fuera la mayoría que son los informales un 55% restante; o unos 12 millones de trabajadores colombianos.
Solo quise ampliar el concepto e incluir la bancada “goda” y los otros para ir alertándolos, por qué hay que votar NO a la consulta de las 10 perversas y dulces preguntas del señor presidente. Alguien dijo; La gula de los senadores liberales es inagotable y esa es mi preocupación.
Efectivamente, en diciembre de 2024 Mauricio Cárdenas, muy asustado nos contó que el Gobierno del presidente Petro sabía que se suscribieron unos 703.000 contratos con personas de su afecto que coparon todos los rincones del Estado para ir por el poder en 2026 con sus sueldos y prebendas.
Así astutamente se estableció el voto militante y aquí en Cúcuta esa informalidad arrima al 62.8% mirando al 2026, cobrando sus sueldos y demás prebendas a cambio de fidelidad con su gobierno y con “ El Pacto” en las urnas electorales. Todo con recursos de Inversión. ¡Ver para creer!
Y el señor presidente no puede predicar y andar en la procesión, balconeando contra la corrupción y contratando a dedo. Como dice la gente; ¡no se aprende a nadar comiendo pescado!
Adenda: Efectivamente nadie puede aprender a ser honorable con solo leer “La imitación de cristo” de Tomás Kempis.
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