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Curso lento de idiomas IV
Las frases y dichos populares tienen orígenes diversos se han extendido a través del tiempo.
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Jueves, 14 de Abril de 2022

Son tan conocidas como usadas, las frases hechas, los dichos populares y algotras formas de paremia. Recursos del lenguaje que, con orígenes diversos se han extendido a través del tiempo y los vientos hacia muchos condados, aunque algunos se queden afincados en patios reducidos.

Aclaramos aquí –a través de la tergiversación o la mamadera de gallo* como es costumbre– algunas de estas locuciones que nos sirven entre otras cosas, para salir del paso y no esforzarnos en usar la mitad del diccionario.

Sin pelos en la lengua. No ahorrar palabras de tal diccionario para decir las cosas como son, aunque se tenga la lengua de trapo.

Dar papaya. Ofrecer la oportunidad al otro (o a la otra) para que se aproveche o te haga daño, así no conozca la fruta o le diga bomba o la nombre lechosa.

Hacer novillos. En parajes españoles, no asistir a clase; dicho emparentado con la tauromaquia, por eso en Cataluña se dice fer campana, o sea –a la colombiana– capar clase.

Políticamente correcto. Término adjetivado para decir todo lo contrario de lo que realmente se diría si no fuésemos ni políticos ni correctos.

Gato por liebre. Expresión de origen gastronómico para denotar un engaño, dar una cosa por otra: como hacer pasar arroz con cosas por paella o paella por arroz con cosas.

Los trapos al sol. Sacar a ventilar los asuntos privados pendientes, ojalá en público y en voz alta, aunque dichos tejidos estén percudidos o recién mal lavados.

Barrer para adentro. Más o menos todo lo contrario. Ocultar los asuntos íntimos, con trapos o sin trapos, con escoba o sin ella, con lluvia o con sol y con pelos en la lengua.

Matar el gusanillo. En algunas partes de España, zamparse tres tapas, dos vermuts y un cigarrillo, para matar el cocodrilo antes de sentarse a comer.

Pagar el pato. Tener que asumir obligaciones o recibir castigo sin merecimiento. Por ejemplo, pagar la cuenta de un suculento minino sin plumas y con sabor a conejo.

La sartén por el mango. Ostentar el poder, tener el control, mandar; aunque los poderosos, los controladores y los mandamases, nunca hayan freído un huevo.

*Mamar gallo. En La Colombie y algunos solares vecinos, tomadura de pelo, burlarse de alguien a través de la palabra, de la labia o de la lengua, según lingüistas y otros lamedores.

Costar un ojo de la cara. Dícese de ciertos artículos con cifras inalcanzables para algunas (os) compradoras, que darían –de tenerlo– su tercer globo ocular para conseguirlos.

Pasar al papayo. Sentencia muy colombiana: matar a alguien, asesinar personas, desaparecer ciudadanos o sacrificar animales, por dar papaya o sin darla.

Como quien no quiere la cosa. Novillos, gatos, liebres, gusanillos, cocodrilos, patos, gallos. Así, con disimulo, apoyamos nuestras miserias en el otro reino animal.

Luis Luna Maldonado es publicista y escritor; acaba de publicar la novela “Muertos bajo tierra fértil”. Tusquets Editores. https://www.luislunamaldonado.com/

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