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Curación y rehabilitación
La regionalización de la atención a los usuarios se sustentaría en los índices epidemiológicos, lo cual implica el fortalecimiento de estos aspectos con registros que sean confiables de todas las eventualidades que ocurran en este sector. 
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Domingo, 11 de Abril de 2021

Nuestro sistema de salud actual aunque ha intentado un mayor cubrimiento, lo cual se ha logrado en gran medida, soporta debilidades que no han podido ser corregidas de manera eficiente y ahora han quedado al desnudo con la pandemia que soportamos, así que, no basta con una amplia cobertura de servicios médicos y complementarios, se requiere de forma prioritaria atención de calidad y garantías que satisfagan a los prestadores de estos servicios esenciales 

Se ha puesto en marcha un proyecto en el Congreso de la República con la intención de hacer una reforma al sistema actual que funciona desde hace dos décadas teniendo como marco la Ley 100. Uno de los puntos básicos que contempla es el fortalecimiento de la atención primaria enfocado a la salud familiar y comunitaria, conformando nuevas redes de atención. 

Se pretende también que toda la información del sistema de salud este integrada y tengan allí cabida la historia clínica electrónica, la facturación y auditorias, para que sean operantes. La regionalización de la atención a los usuarios se sustentaría en los índices epidemiológicos, lo cual implica el fortalecimiento de estos aspectos con registros que sean confiables de todas las eventualidades que ocurran en este sector. 

Si esta reforma se aprueba en virtud de la misma aparecerían en escena las Entidades Administradoras de Planes de Beneficios (EAPB) que se ocuparan de responder por los riesgos individuales, respaldadas por un fondo de garantías que se ocupará de garantizar su solvencia. Las EPS actuales no van a ser sustituidas sino ajustadas. También habría nuevas políticas en lo relacionado con el talento humano, eliminando la tercerización para la contratación. Se promovería la formación de especialistas en las áreas donde sean detectadas carencias para cubrir estas necesidades, las cuales hasta ahora han estado muy limitadas. 

Estos cambios y otros que contiene el proyecto son de iniciativa parlamentaria, pero para varios de los actores del sector de la salud, este no contiene la reforma de fondo que urge aplicar en el país, otros lo consideran inoportuno en medio de la pandemia. De tal forma que quienes hacen parte de forma activa de este sistema no están de acuerdo con la iniciativa que está por iniciar su discusión en las comisiones respectivas del parlamento. 

Las observaciones que se le están haciendo tienen un sustento sólido y deben ser oídas por quienes se han dado a la tarea de ser ponentes, lo mismo que por los congresistas que tendrán la tarea de discutir sobre la conveniencia o no de modificar el sistema y aplicar un modelo maquillado, que probablemente no cumpla con el propósito de proporcionar atención en salud a todos los colombianos con adecuados estándares de calidad, oportunidad y eficiencia. 

Comienza el debate, el cual debemos seguir con atención, aunque a lo mejor muy rápido sea hundida por inconveniente esta iniciativa y tengamos luego –con suerte- una reforma de fondo que solucione las fallas que hoy se conocen y se convirtieron en crónicas. No se necesitan mediadas de paliación, sino de curación y rehabilitación. 

jorgepabonl@yahoo.co
 

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