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Cinismo y mentiras
El calificativo de cínico que le dio el presidente Juan Manuel Santos a Nicolás Maduro se quedó corto.
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Sábado, 13 de Enero de 2018

La mitomanía de Maduro el presidente venezolano, es asombrosa. No se habrá dada cuenta, o no quiere enterarse para beneficio suyo que las cosas cambiaron hace mucho rato entre Colombia y Venezuela, especialmente la migración entre los dos países. Es cierto hace mucho rato, tal vez más de 18 años que es desde cuando Chávez y su cuadrilla gobiernan allí, los colombianos buscaron un mejor modo de vida yéndose al vecino país y le sirvieron con mucho empeño desde muchas posiciones y trabajaron  para los compatriotas de Bolívar, pero las cosas son ahora a otro precio. 
 
No es cierto que las mujeres colombianas en estado de gravidez atraviesen la frontera, que está abierta a medias por capricho del mismo Maduro desde hace más de dos años, para ir a parir en los hospitales de los estados fronterizos. Bien sabido que las condiciones del sistema de salud en Venezuela son precarios, no hay medicinas, ni insumos, ni formas de tratar a sus propios pacientes que, tienen que viajar a los países vecinos para buscar alivio a sus dolencias. 
 
Según las cifras divulgadas por el Instituto Departamental de Salud (IDS) a mediados de noviembre del año anterior, en los centros de salud fronterizos fueron atendidos unos doce mil pacientes que provenían de distintos sitios de Venezuela, especialmente niños, de estos unos 7 mil acudieron al Hospital Universitario Erasmo Meoz y hubo que destinar miles de millones de pesos para prestarles la atención debida. 
 
Sería bastante oportuno que la gerencia del hospital y la dirección del IDS reportaran los datos actualizados de los venezolanos a quienes se les han prestado servicios de salud y del costo de los mismos para pasarle la factura a Maduro y su ministro de salud, los cuales son responsables de la mala atención a sus compatriotas y el avance de enfermedades prevenibles mediante vacunas, con el agravante que padecimientos, tales como la difteria, avanzan de manera peligrosa y amenazante hacia nuestro territorio.  El paludismo ha adquirido características de epidemia extendida por todo el país. Conocidas las cifras del medio millón de casos el año pasado, la columnista María Yanez de El Nacional de Caracas escribió: Nos podemos dar cuenta de que la epidemia de paludismo en Venezuela sigue reflejando una situación de vergüenza en el ámbito de la salud pública debido a la ignorancia e indiferencia de quienes lamentablemente “gobiernan” y que falta poco para situarnos en la Venezuela rural de los años treinta del siglo pasado.
 
El calificativo de cínico que le dio el presidente Juan Manuel Santos a Nicolás Maduro se quedó corto por lo absurdo de sus declaraciones, es un mentiroso que intenta disfrazar una realidad para justificar la falta de atención a los usuarios con el mismo estilo que utiliza para ocultar su incompetencia en la crisis económica y culpa también a los contrabandistas que sustraen los alimentos y desabastecen su país, lo cierto es que no produce porque no hay forma. 
 
Los enfermos venezolanos seguirán llegando y aquí se les seguirá atendiendo mientras las cosas no cambien en su país y ojala sea pronto antes del estallido social que se pronostica.

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