Tras 19 encuentros privados entre el gobierno y el sector de la banca se logró un pacto nacional, en el que el crédito le ganó a las inversiones forzosas. De acuerdo con el “Pacto por el Crédito”, siete sectores claves para la reactivación económica, se beneficiarán con un aumento de $55 billones, para un total de $250 billones, en préstamos para los siguientes 18 meses a partir de septiembre. Esto representa un crecimiento del 28% en los montos de crédito destinados por la banca.

Este pacto nacional por el crédito, al que llegaron el gobierno y los bancos, evita que el Ejecutivo presente un proyecto de ley al Congreso para obligar a esas entidades a suscribir inversiones forzosas destinadas a apoyar a sectores específicos.

En 18 meses $55 billones adicionales en préstamos serán recibidos por actividades de vivienda e infraestructura, manufactura y transición energética, agropecuario, economía popular y turismo. Este es indudablemente un triunfo para el gobierno, la banca y los beneficiarios. Un verdadero gana-gana.

Lo primero que se acaba de destacar es el retiro, al menos por ahora, del afán del presidente de la República, Gustavo Petro, de imponer a la fuerza al sistema financiero la destinación de recursos a tasas por debajo del mercado. En segundo lugar, ganaron los bancos al espantar ese fantasma de las inversiones forzosas, y gana el presidente al conseguir un abultado y generoso acuerdo con el sistema financiero en sustitución de una iniciativa que nunca despertó un buen ambiente en el Congreso de la república y que ni siquiera contaba con el respaldo de todo el equipo económico.

El “Pacto por el Crédito” ratifica el compromiso del sector financiero nacional para una reactivación rápida y tangible de la economía colombiana. Por esto la estrategia de la reactivación de la administración Petro, debería repetirse en los demás servicios que conforman el plan del Gobierno Nacional para la recuperación de la economía. Según Jonathan Malagón, presidente de Asobancaria, el acuerdo sobre inversiones estratégicas es el fruto del pacto constructivo y concertado con el gobierno nacional.

Este es, indudablemente, un buen inicio para mejorar la delicada situación de atraso económico colombiano que, de acuerdo a datos y expectativas de OCDE, la economía colombiana se volvió a estancar y ocupa el octavo lugar como país con menos crecimiento en América Latina. Además, ayudará a evitar que la inversión colombiana siga disparando en el exterior.

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