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Becas, excelencia y equidad
La excelencia no es el único criterio válido para otorgar becas universitarias a personas de menores recursos.
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Domingo, 13 de Septiembre de 2015

El Tiempo publicó una entrevista el sábado 5 de septiembre con Pablo Navas, el actual rector de la Universidad de los Andes sobre las becas a los mejores estudiantes. 

En ella, él afirma que el mejor negocio que se puede hacer es llevar los mejores estudiantes a las mejores universidades, lo que deja sin resolver el problema de cómo ayudar a los otros, los que no son los mejores, pero son buenos estudiantes o capaces de serlo. 

Navas no descarta esa posibilidad y dice que el objetivo es que cualquier estudiante que sea admitido a la universidad no se quede por fuera por falta de recursos. 

Esa fue la política que adoptó la Universidad de los Andes cuando dejó de cobrar la matrícula de acuerdo con la capacidad de pago de los estudiantes. 

Este sistema había sido concebido para facilitar el ingreso de estudiantes de menores ingresos, pero no había tenido en cuenta que los padres de familia de altos ingresos recurrirían a todo tipo de trucos para reducir el costo de las matrículas de sus hijos. 

En el momento de tomar la decisión de cobrar matrícula única, más del cuarenta por ciento de la población estudiantil estaba clasificada como proveniente de hogares de estratos uno y dos, lo que no correspondía a la verdadera composición de la población estudiantil. 

La universidad, con buen criterio, se comprometió a facilitar, preferiblemente con préstamos, el acceso de estudiantes con necesidades financieras. 

También emprendió una vigorosa campaña para promover donaciones con las cuales se financiarían becas para estudiantes de menores ingresos. 

Adicionalmente gestionó en el Congreso que el aporte al SENA de las universidades pudiera sustituirse por becas a estudiantes de menores ingresos, lo que dio lugar al “Programa de Oportunidades de UNIANDES” que trajo estudiantes de otras regiones, de colegios públicos y de poblaciones pequeñas. 

Este programa introdujo una innovación. Se admitieron estudiantes que habían ocupado uno de los primeros tres puestos de sus clases durante sus últimos años en el bachillerato. Esto hizo posible traer a la universidad estudiantes de diversos orígenes. 

Se rebasó entonces el objetivo de no dejar afuera estudiantes admitidos por falta de recursos para dejar entrar a estudiantes que posiblemente no hubieran ingresado normalmente (acción afirmativa). 

Se estaba haciendo buen uso de los recursos del SENA y se contribuyó a diversificar la población estudiantil. Hasta entonces no habían ingresado a la universidad indígenas de la Sierra Nevada ni habitantes de Palenque en Bolívar. 

La excelencia no es el único criterio válido para otorgar becas universitarias a personas de menores recursos. El criterio de no permitir que un estudiante admitido se quede afuera por razones económicas también es absolutamente válido, como lo es la idea de admitir con otro criterio jóvenes de bajos recursos de orígenes populares o étnicos diferentes. El problema es de recursos. Quizás la respuesta es que ya que el gobierno financia las becas a los mejores, las donaciones privadas se orienten a los otros dos objetivos.

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