
Colombia producirá unos 23 millones de toneladas de azúcar este 2025. No conocemos cuál será la producción de jarabe de maíz, pero su área productiva en 21 departamentos (blanco, amarillo, tecnificado y tradicional) es de 570.000 hectáreas.
El presidente Trump, que es adicto, ha instado a Coca-Cola a consumir azúcar de caña y asustó a los productores de maíz desde Illinois hasta Nebraska, sugiriendo de paso la respuesta: “Esta será una buena decisión, ya verán, es simplemente mejor”. En la trampa cayó Bob Kennedy Jr. y su campaña contra la comida chatarra y la obesidad-MAGA.
Aquí, del azúcar y el jarabe subsisten unos 300.000 hogares en empleos directos e indirectos con multiplicador de cinco, que el sector privado, en boca de Bruce Mac Master, caracterizó así: “Deberíamos tener una política de inversión pública que acelere la economía, pues la reforma laboral no combate la informalidad impidiendo generar empleo con un crecimiento acelerado. Con pésimo manejo de la tasa de cambio, que afectó nuestra capacidad de compra de los de a pie, importando hasta bienes que producimos, y se estimule la inversión internacional con baja imposición tributaria, imitando un poco a México y su industria automotriz y textil”.
Debemos saltar de un crecimiento económico actual del 3% a un 6% para dejar de ser un Estado de ingreso medio, y este gobierno, a sabiendas, lo ignora. Dejamos de producir y hoy carecemos de insumos intermedios que nos auxilien para elaborar más bienes: madera para fabricar muebles, por ejemplo; acero y remaches, tarjetas y microchips para la metalmecánica, y las harinas de la provincia de Pamplona y la molinera de Herrán, que dejamos de producir, que ahora importamos para hacer pasteles de sombrerito con garbanzo molido. Ver para creer.
El mal manejo de la inflación lo realiza el gobierno, afectando el salario mínimo. “No se le puede pedir a ningún empresario que genere empleo si la economía no crece”, terminó diciendo el mono Bruce Mac Master.
Lo bueno de toda esta anárquica confusión es que nos unió el libre cambio, y ahora hasta los bloques socialistas de la Guerra Fría son capitalistas. ¿Quién iba a pensar?
Tengo un contradictor muy estudioso que estruja por las redes por haberme vuelto conformista y darle la razón a la gente lumpen que me tira dardos, pero yo aprendí del candidato presidencial académico y sabio, que los verticales e intransigentes siempre van al averno, y yo, a mi edad, pretendo el cielo, así sea de lejitos. “Peace and Love”, decíamos en los setenta.
Adenda: “Sé, como hace la inteligente hormiga, que escoge los granos de azúcar sin tocar los de arena”.
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