Luego de que el excomandante de las Autodefensas Unidas de Colombia (AUC) Salvatore Mancuso, en su Audiencia Única de Aporte a la Verdad ante la JEP, revelara que hay cuerpos de, por los menos, 200 personas dadas por desaparecidas sepultadas en la frontera entre Colombia y Venezuela, los cancilleres de ambos países autorizaron la búsqueda de restos en la zona fronteriza.
Lea: Cortocircuito: la percepción de los cucuteños y las elecciones
Un comunicado de prensa de la Cancillería firmado por el ministro Álvaro Leyva señala que, junto con el ministro de Relaciones Exteriores de Venezuela, Yván Gil Pinto, “acordamos proporcionar unos prontos y eficaces mecanismos institucionales que permitan localizar los restos mortales de nacionales colombianos dados por desaparecidos en zona de frontera, sepultados en territorio venezolano”.
Así las cosas “se procederá de inmediato” en la población fronteriza de Juan Frío, corregimiento del municipio de Villa del Rosario, Norte de Santander donde, al parecer, habría restos sepultados de personas dadas por desaparecidas.
En su declaración esta semana, el excomandante de las AUC confesó que, cuando no había más sitios para enterrar a sus víctimas, “la solución fue empezar a arrojar cadáveres al río que pasa por la frontera y a crear cementerios clandestinos en Venezuela”, donde, según él, habría por lo menos 200 cuerpos enterrados por el Bloque Catatumbo.
Antes de que Mancuso entregara estos detalles ante la JEP, la Unidad de Búsqueda de Personas Dadas por Desaparecidas ya estaba hurgando en ese país para entender dónde podrían estar las decenas de fosas comunes que los grupos armados han mapeado desde la firma de la paz.
Conozca: Así fue como los militares venezolanos ayudaron a los ‘paras’ en la frontera, según Mancuso
Mancuso también referenció ante el tribunal de paz el uso de hornos crematorios que existieron en Norte de Santander y otros territorios.
Según dijo, “llegó un momento en que los cadáveres eran demasiados y ya eran muy difíciles de ocultar, entonces nos tocó crear esos hornos, que antes eran para quemar ladrillos, y empezar a llevar los cuerpos hasta allá”.
En 2001, “la Fiscalía estaba cerca de encontrar una fosa común en la que teníamos 50 personas, entonces mandaron a destruir esos hornos y empezamos con la técnica de Venezuela”, relató Mancuso.
Las operaciones, según Mancuso, no se hicieron solo a manos de paramilitares. “Hubo coordinación también con militares y fuerza pública del lado de Venezuela para este tipo de operaciones”, confesó.
Gracias por valorar La Opinión Digital. Suscríbete y disfruta de todos los contenidos y beneficios en: https://bit.ly/SuscripcionesLaOpinion