Son 7 especies de animales las que están amenazadas en el departamento, así lo identificó la Corporación Autónoma Regional de la Frontera Nororiental (Corponor). Las prácticas de cacería o tráfico de especies silvestres, el uso ilegal de los recursos naturales de las zonas de reserva, están entre las causas por las que dichos animales están perdiendo la batalla al coexistir junto al hombre en Norte de Santander.
Otras de las razones que pone en peligro de extinción a estos animales es que el hombre no para de expandir los terrenos que utiliza para su beneficio; esto hace que su hábitat sea cada vez más reducido y esté cerca de aldeas y caseríos.
El primero en la lista de las especies amenazadas es el cóndor. El animal nacional de Colombia habita el Páramo de Santurbán, Páramo de Almorzadero y en algunas jurisdicciones de Ocaña. Este majestuoso pájaro, lamentablemente, está en peligro crítico de extinción.
Según el Plan Nacional de Conservación que se formuló en el año 2000, para Norte de Santander se habían registrado 10, pero se cree que hay 20. Es uno de los pocos departamentos en el país que tiene poblaciones naturales de cóndor andino.
El polluelo de cóndor vive 9 años al cuidado de sus padres y eso los vuelve vulnerable al ataque de depredadores naturales, pero a veces en sus prácticas de primer vuelo se estrella en cuerdas de energía y muere; o no llega a edad adulta porque cazadores capturan a los padres y los polluelos mueren de hambre. La gente argumenta que muchas veces los han encontrado comiéndose las ovejas, camuros o terneros recién nacidos, pero esto es un mito porque solo son carroñeros.
Los venados. Existen tres especies en Norte de Santander: Odoqueylus virginianus, Mazama rufina, Mazama americana. Tienen una distribución bastante amplia. Viven en zonas altas y bajas, incluso en lugares como Cúcuta. Son importantes en el ecosistema porque son la presa principal de los felinos y son dispersores de semillas. Todo lo que hacen es aprovechado por roedores. Cuando caen sus cuernos hay un proceso de descalcificación y los roedores lo aprovechan.
No existe censo, ahora casi no se ven. La principal afectación que le causa el hombre es la cacería. El venado es perseguido y no encuentra qué comer por lo que se alimenta de cultivos de campesinos, que les disparan. Hay tráfico de esta especie porque la gente los usa como mascotas por su ternura y porque se dejan domesticar. Su carne es apetecida.
La guartinaja (agouti taczanowskii). Se encuentra en Toledo y Chitagá, pero hay avistamientos en Buacarasica y Ragonvalia. La gente se queja porque se come los cultivos de papa, yuca, fresa, entre otros sembradíos. Se vende en el Zulia donde dicen que su carne es muy rica. Aunque no debería tener precio, su valor comercial en el mercado ilegal varía entre los 50 y 100 mil pesos.
Los felinos. En el departamento hay varias especies. Puma con color, tigrillos, leopardus tigrinus, leopardus pardalis y leopardus wiedii. Hay avistamientos de jaguar en Toledo y Catatumbo, pero no se han vuelto a ver. Existen registros de puma, pero son pocos los avistamientos porque son muy perseguidos. No sé conoce el número exacto de especímenes.
Es el principal depredador terrestre. Son especies focales y son buenos indicadores de conservación. Cuando hay felinos se puede decir que el ecosistema está en un buen estado. Son controladores de roedores y de poblaciones de venados, pero tienen problemas porque los mamíferos son escasos.
Por la intervención del hombre en los ecosistemas se encuentran con ovejas de fincas y allí se presentan inconvenientes porque se las comen. Hay un fenómeno que se presenta y es que se han visto enseñando a sus crías a cazar ovejas. El mensaje es que no los maten e informen a las autoridades.
El oso de anteojos (Tremarctos ornatus). Vive en las zonas de páramos. Este dispersor de semillas, polinizador y controlador biológico, tiene una alta vulnerabilidad. El ser humano amenaza su disponibilidad de alimento y territorio. Se desconoce su número en el departamento.
El Mono araña (Ateles hybridus). Habita el Catatumbo, en zonas del Parque Nacional Natural Catatumbo Barí. Es la dieta principal de los indios Barí. Los Barí tienen permiso para su cacería. Corponor trata de identificar la cultura del consumo para entregar recomendaciones. Entre sus valores desde el punto de vista ecológico está que son dispersores de semillas.
El Paujil Copete de Piedra. Habitan en la zona del Catatumbo y Samoré. Su vulnerabilidad es alta, es un ave en peligro de extinción. Se desconoce el número de especímenes, no existe censo. Solo se hacen registros y es complicado identificar su densidad poblacional porque se debería hacer marcaje con telemetría. También son dispersores de semillas.
Son criados por los campesinos para comerlos. Hacen parte de la dieta de los indios Barí. La alta afectación sobre esta especie es por la destrucción de su hábitat y por la intensa cacería, pues le atribuyen falsas propiedades curativas al copete.