Enfermedades que impactan el desarrollo infantil
Sobre la incidencia y el impacto que tienen estas enfermedades en el departamento y en el país en general, Rivera señaló que no son patologías frecuentes, pero con un impacto importante en el desarrollo infantil.
“El asunto con las enfermedades del riñón y del hígado es que en general son enfermedades huérfanas, de alto costo, no siempre identificadas; lo que queremos es hacerlas visibles para poder ofrecer un tratamiento a tiempo”, dijo el galeno.
Explicó que a pesar de la baja incidencia, el problema con estas enfermedades es que requieren tratamientos especializados y complejos, que pueden producir cierto grado de discapacidades como niños que requieren diálisis o internaciones con frecuencia.
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“Esa es la razón por la cual, la Gobernación, el Hospital Erasmo Meoz y la Fundación Cardioinfantil, queremos ofrecerle a los niños la mejor medicina”, manifestó Rivera.
Un largo viacrucis
Entre las pacientes que esperaban por valoración se encontraba Mía, una pequeña que en sus cuatro años de vida ya cuenta con ocho cirugías, luego de le fuera detectada malformación congénita bilateral, que comprometió su función renal, pero además de eso descubrieron que la niña había nacido con un tercer uréter y un tercer riñón.
Hellen, su mamá, contó que el viacrucis de la pequeña y de la familia comenzó cuando Mía tenía un mes de vida y desarrolló una fiebre muy alta que los llevó de inmediato a urgencias. Las primeras valoraciones no arrojaron pistas, por lo que fue necesario llevarla a sala de cirugía cuando apenas tenía cuatro meses.
Desde entonces han pasado poco más de tres años y siete operaciones, tiempo en el que se ha logrado tener un control de la enfermedad, haciendo que Mía, aunque dependiente de antibióticos para mantener a raya las infecciones, lleva una vida normal, a pesar de que sus riñones no funcionan al 100 por ciento y requiere ciertos cuidados.
“Mía tuvo que dejar el pañal a los cinco meses porque eso la hacía propensa a las infecciones y hasta este año fue que entró a estudiar, pero gracias a Dios la profesora me colabora para que la niña vaya al baño a tiempo y sobre todo que tome mucha agua”, dijo Hellen.
La esperanza de Hellen, al igual que 200 madres más, es que a través de la alianza entre la Gobernación y la Fundación Cardioinfantil puedan dar con un diagnóstico certero y una solución definitiva a la salud de su pequeña.
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