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Impulsan jornada de atención a niños con diagnósticos renales y hepáticos en Norte de Santander
Más de 200 infantes de todo el departamento fueron valorados por profesionales locales y de la Fundación Cardioinfantil de Bogotá.
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María José
María José Salcedo
Sábado, 26 de Julio de 2025

Más de 200 niños, provenientes de diferentes municipios de Norte de Santander, fueron valorados en la Segunda Brigada  de Diagnóstico de enfermedades Hepáticas y Renales pediátricas, impulsada desde el despacho de la Gestora Social del departamento, Cecilia Soler, en alianza con la Fundación  Cardioinfantil de Bogotá, la cual tuvo lugar en el Hospital Erasmo Meoz. 

Claudia Morelli, coordinadora de programas de salud del despacho de la Gestora Social, indicó que el número de atenciones este año es prácticamente el doble que las registradas el año pasado, cuando se pasó consulta a 120  niños. 

“Creo que no alcanzamos a dimensionar el beneficio que tiene esta jornada para nuestro departamento. Ya hicimos el primer trasplante de una niña con un donante vivo, que fue su papá y hoy, un año después, es una criatura perfecta”, destacó la funcionaria. 


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Resaltó que la Fundación Cardioinfantil viene siendo una aliada de la gobernación de Norte de Santander desde hace dos décadas, tiempo en el que gracias a campañas como estas, más de 1.000 niños han sido intervenidos, recuperando significativamente su salud y calidad de vida. 

Anunció que el objetivo de la gestora social y del gobernador, William Villamizar, es traer muchas más campañas, por eso desde ya se está trabajando para hacerlo posible en 2026, “es lo que quiere la gestora, ayudar mucho más y sin tantos trámites”, dijo Morelli.  

Jornada exitosa

Javier Rivera, líder del programa de trasplante hepático pediátrico de la Fundación Cardioinfantil de Bogotá, calificó la jornada como exitosa, al tiempo que resaltó la entrega y compromiso de los trabajadores del hospital, alrededor de 80 profesionales que estuvieron dispuestos para la valoración de los pacientes. 

“Quiero aprovechar para agradecerle a la oficina de la Gestora Social, a la gobernación, la directiva y personal del Hospital Erasmo Meoz, porque es difícil encontrar tanto calor humano y tanta disposición para servir”, expresó Rivera.


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200 niños atendidos en la jornada.
Enfermedades que impactan el desarrollo infantil 

Sobre la incidencia y el impacto que tienen estas enfermedades en el departamento y en el país en general, Rivera señaló que no son patologías frecuentes, pero con un impacto importante en el desarrollo infantil. 

“El asunto con las enfermedades del riñón y del hígado es que en general son enfermedades huérfanas, de alto costo, no siempre identificadas; lo que queremos es hacerlas visibles para poder ofrecer un tratamiento a tiempo”, dijo el galeno.

Explicó que a pesar de la baja incidencia, el problema con estas enfermedades es que requieren tratamientos especializados y complejos, que pueden producir cierto grado de discapacidades como niños que requieren diálisis o internaciones con frecuencia. 


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“Esa es la razón por la cual, la Gobernación, el Hospital Erasmo Meoz y la Fundación Cardioinfantil, queremos ofrecerle a los niños la mejor medicina”, manifestó Rivera. 

Un largo viacrucis

Entre las pacientes que esperaban por valoración se encontraba Mía, una pequeña que en sus cuatro años de vida ya cuenta con ocho cirugías, luego de le fuera detectada malformación congénita bilateral, que comprometió su función renal, pero además de eso descubrieron que la niña había nacido con un tercer uréter y un tercer riñón. 

Hellen, su mamá, contó que el viacrucis de la pequeña y de la familia comenzó cuando Mía tenía un mes de vida y desarrolló una fiebre muy alta que los llevó de inmediato a urgencias. Las primeras valoraciones no arrojaron pistas, por lo que fue necesario llevarla a sala de cirugía cuando apenas tenía cuatro meses. 

Desde entonces han pasado poco más de tres años y siete operaciones, tiempo en el que se ha logrado tener un control de la enfermedad, haciendo que Mía, aunque dependiente de antibióticos para mantener a raya las infecciones, lleva una vida normal, a pesar de que sus riñones no funcionan al 100 por ciento y requiere ciertos cuidados. 

“Mía tuvo que dejar el pañal a los cinco meses porque eso la hacía propensa a las infecciones y hasta este año fue que entró a estudiar, pero gracias a Dios la profesora me colabora para que la niña vaya al baño a tiempo y sobre todo que tome mucha agua”, dijo Hellen. 

La esperanza de Hellen, al igual que 200 madres más, es que a través de la alianza entre la Gobernación y la Fundación Cardioinfantil puedan dar con un diagnóstico certero y una solución definitiva a la salud de su pequeña. 

 

 

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