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Política
Colombia, una historia de magnicidios y líderes políticos silenciados
En un solo proceso electoral para la Presidencia de la República fueron asesinados cuatro candidatos.
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La opinión
La Opinión
Miércoles, 13 de Agosto de 2025

La muerte del senador Miguel Uribe Turbay, en la madrugada de este lunes 11 de agosto, luego del atentado que lo dejó gravemente herido en junio pasado, no solo se convirtió en un capítulo triste en la historia política de Colombia, sino que además refleja que el espiral de violencia contra los liderazgos políticos pareciera cíclico y condenado a no tener fin.


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Aunque en la memoria de muchos resuenan casos como los de Jorge Eliécer Gaitán, Luis Carlos Galán y el de Álvaro Gómez Hurtado, cuyos desenlaces el país esperaba no presenciar más, la lista de dirigentes desaparecidos por cuenta de los violentos es más larga de lo que parece y data de por lo menos 111 años, cuando se produjo el primer magnicidio del Siglo XX.

Estos son los crímenes políticos que han sacudido a Colombia, en medio de procesos electorales y momentos coyunturales de la vida del país, como el de ahora:

 

Rafael Uribe Uribe

16 de octubre de 1914

El general Rafael Uribe Uribe fue el jefe de las tropas liberales que terminaron derrotadas por el Partido Nacional (Conservador) en la Guerra de los Mil Días.

Uribe, único congresista liberal en medio de un amplio bloque de  conservadores, fue asesinado luego de recibir varios hachazos provocados, según los registros históricos, por Leovigildo Galarza Barragán y Jesús Carvajal Muñoz. El ataque se produjo el 15 de octubre de 1914, a un costado del Capitolio Nacional, y su muerte se dio unas horas más tarde, en la madrugada del 16.


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El general Uribe era un antioqueño cafetero, participó en tres guerras, incluida la de los Mil Días, pero también era abogado, diplomático, senador y periodista. Su muerte se habría dado, al parecer, tras la oposición del líder político de respaldar una coalición con los conservadores.

Jorge Eliécer Gaitán

9 de abril de 1948

Casi 34 años después del primer magnicidio de un dirigente político, el asesinato de otro  liberal conmocionó al país: el de Jorge Eliécer Gaitán Ayala, quien el 9 de abril de 1948, a las afueras de su oficina en Bogotá, recibió varios disparos perpetrados por Juan Roa Sierra, el homicida que posteriormente fue linchado por la multitud.

Aunque Gaitán fue trasladado a la Clínica Central, tiempo después falleció a causa de los balazos que recibió.


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Este hecho desencadenó una serie de actos violentos que provocaron la destrucción parcial de la ciudad y centenares de muertos en lo que se denominó ‘El Bogotazo’. Los  disturbios fueron el inicio, también, de un período de violencia en el país extendido hasta la década de los 60, época en la que nacieron varios grupos insurgentes que a la fecha se mantienen activos.

Jaime Pardo Leal

11 de octubre de 1987

Tras consolidarse un acuerdo de paz entre el gobierno de Belisario Betancur y las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (Farc), en 1985 nació la Unión Patriótica, un movimiento político que tuvo entre sus primeros aspirantes a la Presidencia a Jaime Pardo Leal, para los comicios de 1986.

Al ser derrotado por Virgilio Barco, Pardo Leal decidió emprender nuevamente una campaña para ser elegido en el periodo de 1990, pero, paralelamente, los violentos emprendieran las amenazas en su contra.


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El líder de izquierda fue asesinado el 11 de octubre de 1987 en la vereda Patio Bonito, del municipio de La Mesa, en Cundinamarca, donde luego de compartir con su familia en una finca fue abordado por sicarios que lo hirieron de gravedad y falleció en el hospital. Su muerte marcó el inicio del exterminio de la UP.

Luis Carlos Galán Sarmiento

18 de agosto de 1989

Las elecciones presidenciales de 1990 son hasta ahora el período electoral más violento en la historia política de Colombia, pues cuatro candidatos fueron asesinados en medio de ese proceso.

Tras la muerte de Jaime Pardo Leal, la siguiente víctima fue Luis Carlos Galán Sarmiento, el 18 de agosto de 1989. El dirigente del Nuevo Liberalismo encabezaba las encuestas como el favorito para ser elegido presidente de Colombia.

Sin embargo, en medio de un discurso en la plaza pública de Soacha, varios disparos acabaron con la vida del líder político. Su duro discurso en contra de la mafia lo convirtió en un blanco del capo del narcotráfico, Pablo Escobar, quien con ayuda de agentes del Estado cometió el magnicidio.


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Tanto la Corte Suprema de Justicia como el Consejo de Estado calificaron el asesinato como un delito de lesa humanidad, razón por la cual el caso es imprescriptible.

En el curso de las investigaciones han sido vinculadas 37 personas, de las cuales 25 fueron dejadas en libertad porque no se les comprobó su participación.

Bernardo Jaramillo Ossa

22 de marzo de 1990

Luego de la muerte de Jaime Pardo Leal, el partido Unión Patriótica intentó una vez más llegar a  la Presidencia de la República. El abanderado esta vez fue Bernardo Jaramillo Ossa, un abogado y militante del Partido Comunista Colombiano, quien se convirtió en una de las figuras más visibles de los sectores de izquierda.

Como lo reseñó el Centro Nacional de Memoria Histórica, en 1990 se postuló a la Presidencia con el lema ‘Venga esa mano, país’, a través del cual intentó enviar un mensaje de reconciliación a los colombianos, en medio de un contexto de violencia y persecución contra los integrantes de su partido.


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No obstante, su llamado no fue escuchado por sus opositores y el 22 de marzo de 1990 fue asesinado, tras un ataque con ametralladora en el aeropuerto de Bogotá. El encargado de dispararle fue un menor de edad.  

Carlos Pizarro León Gómez

26 de abril de 1990

El cuarto candidato asesinado antes de las elecciones de 1990 fue Carlos Pizarro Leóngomez, excomandante del grupo guerrillero M-19 y quien recién había entregado las armas en medio de un acuerdo de paz.

Su asesinato se dio días después del magnicidio de Bernardo Jaramillo Ossa, el 26 de abril de 1990 en un vuelo entre Bogotá y Barranquilla. El autor material del crimen fue un joven paramilitar identificado como Gerardo Gutiérrez, alias Jerry, quien luego fue dado de baja por Jaime Ernesto Gómez, exagente del Departamento Administrativo de Seguridad (DAS).

A 35 años de ese crimen, la justicia colombiana no ha resuelto de manera definitiva el magnicidio.

Álvaro Gómez Hurtado

2 de noviembre de 1995

La nueva Constitución de 1991 sembró la esperanza sobre la terminación de la ola de violencia en Colombia, pero un nuevo magnicidio acabó prontamente con esa ilusión y la posibilidad de una estabilidad en el país.


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El 2 de noviembre de 1995, el líder conservador Álvaro Gómez Hurtado recibió cuatro disparos luego de salir de dictar clases en la Universidad Sergio Arboleda.

El hijo del expresidente Laureano Gómez, senador, embajador y tres veces candidato presidencial, se convirtió en un protagonista de la política nacional, por su permanente crítica al gobierno de Ernesto Samper. Su magnicidio aún se encuentra sin resolver.

En octubre de 2020, las Farc reconocieron públicamente haber asesinado a Gómez. Los exguerrilleros insistieron en que su muerte estaba ordenada desde hace varias décadas y que era un cobro por sus posiciones políticas en los años 60, pero esta versión fue rechazada por la familia del dirigente conservador.

Miguel Uribe Turbay

11 de agosto de 2025

Treinta años después de la muerte de Álvaro Gómez Hurtado, cuando el fantasma de los magnicidios parecía un asunto superado, Colombia se volvió a estremecer con la muerte de una de las jóvenes promesas de la política nacional: Miguel Uribe Turbay.

Dos meses después de ser víctima de un atentado cuando adelantaba un acto proselitista en Bogotá, el senador y precandidato presidencial del Centro Democrático falleció.

Las balas que desencadenaron su muerte fueron disparadas por un menor de 14 años. Seis personas han sido capturadas por este hecho, pero todavía no se conoce quiénes fueron los determinadores del magnicidio.

*Con información de El Colombiano


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