La comunidad de Ocaña fue testigo de un acto atroz, a sangre fría una perrita llamada Nieves fue apuñalada en el pecho por un hombre. Los hechos quedaron grabados en cámaras de seguridad, que registraron al animal caminar gravemente herido, cojeando y con ambas patas delanteras teñidas de rojo.
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El pelaje blanco de Nieves empezó a enrojecerse rápidamente, de su pecho emanaba una gran cantidad de sangre, producto de una puñalada que había recibido momentos antes. En el asfalto quedó marcado el recorrido final que hizo el animal antes de desplomarse con sus últimas energías, quedando sobre un camino de piedras, donde fallecería minutos después.
De fondo, se veía pasar por otra calle al que sería el responsable de este macabro hecho, en el barrio Tierra Santa, Ismael Andrés Romero Lobo, quien iba cojeando, cuchillo en mano, discutiendo con miembros de la comunidad, acusando a Nieves de morderlo y defendiéndose con su padre. “Ahí está mi papá”, gritaba el joven de 21 años, oriundo de Ocaña, quien estaba bajo efectos de sustancias psicoactivas y embriagantes, según información judicial.
El siniestro asesinato se dio el pasado domingo, 13 de julio, ante la mirada de los residentes de Tierra Santa, quienes inmediatamente alertaron a las autoridades. La Policía de Norte de Santander (Denor) llegó al lugar de los hechos y tras la investigación preliminar capturaron a Ismael, quien fue escoltado por los uniformados hacia la patrulla policial, pasando justo por encima de la escena del crimen, en la que ya estaba el cuerpo de Nieves sin vida.
De inmediato empezó su proceso de judicialización por el delito de maltrato animal, penado por la reconocida Ley Ángel e impulsado por el furor de la población ocañera que exigía justicia.
Mientras al interior de las instalaciones judiciales se llevaba a cabo una batalla para que se aplicara la justicia, en las afueras, decenas de vecinos se congregaban en las afueras de la Fiscalía, en un plantón organizado por representantes de los derechos animales, que se llevó a cabo el pasado martes.
“¡El silencio también mata!”, se escuchaba en las calles mientras sucedía la audiencia de Ismael, a quien judicializaron el miércoles y lo enviaron a prisión luego de que le imputaran el delito de muerte al animal, agravado debido a sevicia, y por haber perpetrado el hecho en vía pública. Ismael no aceptó los cargos.
Se fue junto a Princesa
Una de las principales preocupaciones de los ocañeros era el hecho de que la muerte de Nieves no fue un caso aislado, pues horas antes, en la madrugada del viernes 11 de julio, en el municipio fue asesinada Princesa, una perrita de 11 años, mascota de la Universidad Francisco de Paula Santander, sede Ocaña.
En el interior de la institución educativa, el animal fue atacado por un criminal sin identificar que la agredió con un arma blanca, propinándole tres heridas de muerte y posteriormente lanzando el cuerpo a un lago ubicado al interior del campus universitario.
Por medio de redes sociales, el grupo Protectores Amigos Caninos, de la Universidad, hizo la denuncia relatando los hechos. Ese día iban a llevar a Tonny, otra de las mascotas, al veterinario, pero al llegar a la bodega encontraron manchas de sangre, pensaron que alguna babilla se había salido del lago y había mordido a Princesa, quien no había salido a recibirlos como era habitual, pero la realidad era más triste.
Tras horas de búsqueda, encontraron al animal flotando, y pensaron que había sido víctima de las babillas, pero no era así.
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Inició entonces la investigación, la institución y la comunidad universitaria rechazaron enérgicamente el hecho. Las autoridades revisaron la escena para tratar de dar con el culpable, del cual no se tiene pista.
El grupo cree que se pudo tratar de alguien que habría entrado a la universidad a robar o consumir estupefacientes, y al ser descubierto por Princesa optó por quitarle la vida violentamente.
El caso sigue en manos de las autoridades, quienes trabajan por dar con el responsable del vil acto que enluteció a la comunidad universitaria y trascendió a todo el departamento.
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