Fueron varias personas las que viajando por la vía que conecta a los municipios de Ocaña con Convención, a la altura del cementerio La Esperanza, vieron una triste escena. A un costado de la vía había una moto tendida, junto con su conductor, Juan Carlos Angarita Ruedas.
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Pronto llamaron a una ambulancia ante la alerta de un supuesto accidente de tránsito. Más y más transeúntes se congregaron alrededor de la escena, todos testigos del devastador hallazgo de los paramédicos, quienes inicialmente confirmaron que el hombre, de 40 años, ya no tenía signos vitales.
Al revisar el cuerpo notaron algo peor, no se trataba de un accidente, Juanca, como era conocido por sus allegados, había sido asesinado el pasado miércoles, 30 de julio.
El crimen se dio mientras Juanca estaba a bordo de su moto marca Yamaha XTZ 250, de placa ODA93H, y en horas de la noche fue atacado por sujetos armados, sin razón aparente. Una de las versiones apunta a un robo.
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En un principio nadie lo reconocía, hasta que la noticia y la placa de su vehículo empezó a rondar por redes sociales y la noticia llegó hasta El Tarra, de donde era oriundo Juanca, quien había viajado a Ocaña para asistir a la graduación de dos de sus hijos como farmaceutas en la escuela Santa Teresa de Calcuta.
Juanca habría ido a recogerlos para salir a comer, pero nunca llegó a su destino, por lo mismo sus familiares alertaron a las autoridades y solo era necesario unir los puntos.
Pronto llegaron las autoridades a hacer el levantamiento del cuerpo e iniciar la investigación, aunque esta sigue muy confusa, pues no hay testigos, ni cámaras de seguridad que permitan reconstruir lo sucedido.
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Un líder social caído
Los móviles del hecho son un completo misterio tanto para las autoridades como para sus familiares. Este medio pudo conversar con una de sus hijas, Xiomara Angarita, quien no encuentra razón para lo sucedido.
“No sabemos nada, al parecer, lo asesinan por robarle la plata que traía porque él era un hombre sano, que no compartía la práctica de los cultivos ilícitos debido al gran daño a la juventud”, comentó la hija.
También se pudo conocer que en su municipio natal, Juanca era un miembro querido de la comunidad, incluso actuando como un líder comunitario, aunque según manifestaron familiares, no contaría con amenazas en su contra y esperan que se esclarezcan los hechos.
El Tarra llora el asesinato de uno de sus hijos, quien tenía un taller de motos en dicho municipio y además era un reconocido comerciante en el Catatumbo. Ahora deja tras de sí una esposa y cinco hijos desconsolados.
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