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Colombia
Más brillo que cabello: Colombia entra al top 50 de los países con más calvos del mundo
Cada 7 de octubre se celebra el Día Mundial de los Calvos, para reivindicar la belleza, confianza y aceptación de quienes no tienen cabello, ya sea por elección, genética o edad. Y es que detrás de la calvicie se esconde algo más: la alopecia.
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Deicy Sifontes
Deicy Sifontes
Domingo, 19 de Octubre de 2025

El espejo fue, durante meses, el enemigo más temido de Karla Gutiérrez, porque cada mañana lo evitaba. “Sabía que si me miraba, iba a llorar”, recuerda. Tenía 30 años cuando notó, por primera vez, un pequeño círculo sin cabello en la parte posterior de la cabeza. Pensó que era estrés. Había pasado noches sin dormir por la tesis que estaba adelantando, pero luego el círculo creció, y después aparecieron otros. “Fue como si mi cuerpo empezara a borrarse pedacito a pedacito”.

En su desesperación, esta cucuteña  acudió al médico y fue remitida a un dermatólogo quien, después de hacerle algunos exámenes, le diagnosticó alopecia areata. 

Al principio no entendía nada. Intentó con todos los tratamientos que le recomendaban, desde inyecciones, vitaminas, remedios caseros, aceites y champús carísimos, pero nada le funcionó. 

Fue así como Karla comenzó a esconderse. “La gente me decía que no era grave, que el pelo vuelve a crecer, pero nadie entiende lo que significa verse diferente todos los días”. 


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Sin embargo, el punto de quiebre llegó una tarde cuando estando frente al espejo y llorando, tomó la máquina de afeitar de su hermano y se rapó. Así, decidió empezar de nuevo y con la guía de un experto comenzó a recuperar de a poquito su pelo, aunque asegura, “todavía me falta”.               

Por su parte, el cucuteño Daniel Ruiz tenía 28 años cuando decidió raparse. “Mi papá se quedó calvo a los 30, así que sabía que me iba a tocar”, dice entre risas. Pero antes de aceptarlo, vivió años de inseguridad. “Me echaba polvo capilar, usaba gorras, cambiaba el peinado. Me sentía feo, viejo, menos”. No fue sino hasta un día que decidió ir a la peluquería  y pedir que lo raparan totalmente.

Un problema global: Colombia en el top 50 

Aunque no hay una cifra exacta de cuántos calvos existen en el mundo, se estima que más de 147 millones de personas —entre hombres, mujeres y niños— conviven con alguna forma de alopecia, según la Asociación Americana de la Pérdida del Cabello. 

De acuerdo con un estudio elaborado en 2024 por la plataforma médica Medihair, alrededor del 42,79 % de los hombres en el mundo presentan algún grado de calvicie, teniendo España el mayor número de calvos, porque cerca del 44,5% de la población masculina experimenta pérdida de cabello, seguido de Italia, Francia y Estados Unidos. 

Mientras que en América Latina, Colombia ocupa el puesto 46 en el ranquin mundial, con el 27,04% de hombres afectados por alopecia androgenética, lo que se traduce en que cerca de cuatro de cada diez colombianos sufren o sufrirán algún tipo de pérdida capilar a lo largo de su vida.

La doctora Mónica Hernández, dermatóloga estética, señala que en Colombia más de 2 millones de personas padecen algún tipo de alopecia y, “de manera alarmante, tres de cada diez mujeres en el país enfrentan esta situación”.

 

CALVOS DEL MUNDO

 

Ya no es cuestión de edad

La pérdida del cabello, un fenómeno que durante siglos se ha asociado con la edad, el estrés o la herencia, se ha convertido en los últimos años en un tema de conversación global.  Y es que hoy hablar de calvicie no es solo referirse a un asunto estético, sino a una condición que afecta a miles de personas, entre ellas reconocidas figuras internacionales como Jada Pinkett Smith, Anthony Carrigan o Viola Davis, y celebridades colombianas como Jorge Enrique Abello, Sergio Barbosa, Dayro Moreno, Manolo Cardona, la reconocida influencer La Jessu, entre otros. 

Así es como la exposición mediática de la calvicie ha contribuido a que la sociedad mire con otros ojos una condición médica que hasta hace poco se mantenía en silencio: la alopecia. 

Una enfermedad que implica la pérdida parcial o total del cabello y que puede afectar tanto a hombres como a mujeres, generando en muchos casos, un fuerte impacto emocional en quienes la padecen. 

Según la dermatóloga del Hospital Universitario San Ignacio de Bogotá y profesora de la Unidad de Dermatología de la Universidad Javeriana, María Margarita Tamayo, la alopecia se define como la pérdida de tallos pilosos, clasificándose en dos grandes grupos: cicatriciales y no cicatriciales, es decir, “las primeras dejan cicatriz y disminuyen la posibilidad de que vuelva a crecer el pelo y las segundas, en cambio, permiten su recuperación”. 

En este sentido, la profesional detalla que dentro de las no cicatriciales se encuentran la alopecia areata, la alopecia androgenética y el efluvio telógeno, mientras que, en el caso de las cicatriciales, están la alopecia frontal fibrosante y la foliculitis decalvante, que, según explica, destruyen el folículo y dificultan su regeneración. 


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CALVOS

 

Causas y factores asociados

Tamayo explica que no todas las alopecias tienen la misma causa, precisando que, por ejemplo, la calvicie o alopecia androgenética no está relacionada con la alimentación, mientras que el efluvio telógeno sí puede verse favorecido por estados de desnutrición, anemia o deficiencia de vitaminas.

Este tipo de pérdida de cabello es transitoria y suele revertirse cuando se corrigen esos déficits nutricionales.

Por el contrario, la alopecia androgenética es una condición hereditaria influenciada por la acción de los andrógenos, hormonas que tienen mayor presencia en los hombres, aunque también están presentes en las mujeres.

“Hay unas alopecias que son más difíciles de que se recupere el pelo, pero cuando hablamos de calvicie común, esta corresponde a la alopecia androgenética, que tiene una fuerte relación con los factores genéticos y hormonales y se presenta en hombres y mujeres, aunque en los hombres suele afectar la parte frontal o la coronilla, mientras que en las mujeres se manifiesta como una pérdida en la región interparietal o frontoparietal del cuero cabelludo”, detalla Tamayo. 

Diagnóstico y tratamiento

Ante la caída persistente de cabello, la doctora Tamayo recomienda acudir siempre ante un profesional, en estos casos, específicamente a un dermatólogo con el fin de tener un diagnóstico adecuado.

“Muchas veces, dependiendo del tipo de caída de cabello no nos apoyamos con ayudas diagnósticas, sino con un examen clínico que nos permita evaluar la distribución y densidad del cabello, y existen pruebas como el ‘pull test’, que ayuda a determinar cuántos pelos se caen al realizar un leve jalón”, explica. 

Sin embargo, según comenta la profesional, a estas evaluaciones se pueden sumar exámenes complementarios como la tricoscopia, que permite observar el folículo piloso en detalle  a través de un dermatoscopio, o incluso, algunas veces se puede hacer una biopsia de piel cuando el caso lo requiere.


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Una vez identificado el tipo de alopecia, el tratamiento debe individualizarse.

Existen terapias tópicas, inyectadas y orales, además de los implantes capilares. La elección depende del estado de la enfermedad, las condiciones del paciente y la tolerancia a los medicamentos. 

Para la dermatóloga es importante un diagnóstico temprano para conservar la mayor cantidad posible de folículos. 

Según ella, la alopecia androgenética tiene un fuerte componente genético y por eso hay que estar atentos a los antecedentes familiares. “Si en la familia hay casos de calvicie, es aconsejable consultar tan pronto se note una disminución de la densidad capilar. Cuanto antes se actúe, más posibilidades hay de conservar los tallos pilosos”. 

 

CALVOS

 

Cuestión emocional

“El cabello representa juventud, feminidad, virilidad. Su pérdida puede detonar inseguridades profundas, pero también convertirse en un proceso de aceptación y crecimiento”, comenta la psicóloga clínica, Carmen Rincón. 

Y, en la misma línea, la dermatóloga María Mafgarita Tamayo destaca la importancia de que los tratamientos se aborden desde una perspectiva integral: “No solo miramos el cabello, sino también la salud emocional. A veces trabajamos junto a psicólogos o psiquiatras para fortalecer la autoestima de los pacientes”.

En Colombia, la creadora de contenido La Jessu se ha convertido en una voz visible del movimiento por la aceptación. Su historia, marcada por la alopecia areata, ha inspirado a miles de seguidores que enfrentan lo mismo. “Mi pelo no me define, pero contar mi proceso me ayudó a sanar”, ha mencionado en varias ocasiones.

Tratamientos y avances médicos 

De acuerdo con la Asociación Americana de la Pérdida del Cabello, existen múltiples opciones para tratar la alopecia, dependiendo de la causa y el grado de afectación.

  • Terapia farmacológica: un tratamiento médico que utiliza medicamentos para frenar la caída del cabello y, en algunos casos, estimular el crecimiento de pelo nuevo. Se emplean tanto medicamentos orales, como tópicos y a veces se usan inyecciones o cremas para tratar afecciones específicas como la alopecia areata.
  • Tratamiento no invasivo: estos incluyen la terapia de luz láser de baja intensidad, la microaguja y la más reciente intervención conocida como Entrega Transepidérmica (TED), que consiste en el uso de un dispositivo especializado para administrar ingredientes activos directamente en el cuero cabelludo a través de microcanales en la piel. 
  • Medicina regenerativa: los enfoques como la terapia con plasma rico en plaquetas (PRP), los exosomas, la terapia con células madre derivadas de tejido adiposo y la terapia con células madre de aloinjerto de cordón umbilical, han cobrado relevancia como posibles innovaciones en el campo de la restauración capilar.
  • Trasplante de cabello: es un procedimiento quirúrgico diseñado para abordar la caída del cabello y la calvicie mediante la reubicación de folículos pilosos sanos de una parte del cuero cabelludo a otra. Este tratamiento es especialmente eficaz para personas con calvicie de patrón masculino, en la que la pérdida de cabello se produce en zonas específicas del cuero cabelludo debido a la hormona dihidrotestosterona (DHT), que afecta la sensibilidad de los folículos pilosos. Este proceso no implica transferir cabello de una persona a otra, sino que los pacientes actúan como sus propios donantes, lo que significa que el cabello utilizado para el trasplante proviene de su propio cuero cabelludo. Esto garantiza la compatibilidad y minimiza el riesgo de rechazo o reacciones adversas.

 

ALOPECIA

 

Tipos de alopecia

Alopecias no cicatriciales

  • Alopecia androgenética: es la causa más común de caída del pelo en el hombre, precisando que su presencia precoz comienza a los 16 años  de edad pero por lo general inicia después de los 25 años de edad y tiene un componente genético importante, aunque esto no quiere decir que los hijos de padres con alopecia androgenética la desarrollen necesariamente.
  • Alopecia areata: es un tipo de caída del cabello que ocasiona parches redondos. Los folículos pilosos no quedan destruidos con esta enfermedad, por lo que el pelo puede volver a crecer, aunque si bien es cierto que son muy frecuentes las recidivas o recaídas en pacientes que la han sufrido alguna vez. 
  • Efluvio telógeno: es una causa común de caída de cabello difusa y reversible que ocurre entre 2 y 3 meses después de un factor desencadenante. Los síntomas incluyen adelgazamiento del cabello, especialmente en la coronilla, y un aumento notable de la caída que puede durar desde unos pocos meses hasta un año. Las causas pueden ser estrés, enfermedades, dietas restrictivas, embarazo, infecciones (como la de COVID-19), y algunos medicamentos.
  • Otras: también existe la alopecia traumática que es la pérdida de cabello causada por daño físico o tracción repetida, como por peinados muy tirantes, extensiones o fricción excesiva. A diferencia de otras alopecias, generalmente es reversible si se elimina la causa, aunque en sus etapas avanzadas puede volverse permanente y causar cicatrización en el folículo. 

Alopecias cicatriciales 

  • Alopecia frontal fibrosante: es una forma de pérdida de cabello cicatricial que causa la caída definitiva del cabello en la línea frontal del cuero cabelludo, las sienes y a menudo en las cejas, debido a un proceso inflamatorio autoinmune. Afecta principalmente a mujeres postmenopáusicas, aunque también puede presentarse en hombres y mujeres más jóvenes. 
  • Foliculitis decalvante: la foliculitis decalvante es una inflamación crónica del cuero cabelludo que causa pápulas, pústulas y costras, y con el tiempo, produce alopecia cicatricial (pérdida permanente del cabello). Aunque se desconoce su causa exacta, se cree que está relacionada con el Staphylococcus aureus y la respuesta inmune del paciente. El tratamiento se enfoca en controlar la inflamación y la infección mediante antibióticos, antiinflamatorios y, en algunos casos, otras terapias. 

 

ALOPECIA

 


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