El origen del barrio La Victoria ubicado en la comuna 8 tuvo lugar en 1966 cuando la Alcaldía de aquel entonces donó unos lotes para los empleados públicos. Según recuerdan los habitantes, pocos años después llegaron varias familias a construir sobre los terrenos baldíos.
Ello permitió que con el pasar de los años este sector fuera creciendo hacia convertirse en un barrio de 13 calles. De igual manera, el comercio se terminó volviendo un punto fuerte, llegándose a consolidar una zona industrial que se extiende por cuatro cuadras.
Residentes aseguraron que hoy en día La Victoria se caracteriza por la cantidad de ferreterías y tiendas que tiene, así como por las personas que trabajan de manera informal.
Sobre su nombre, explicaron que aunque no conocen el motivo, siempre se ha dicho que fue puesto en honor a un personaje del barrio.
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Pese a ello, vecinos si recalcaron que otro aspecto que los distingue son sus buenos valores, lo cual les ha permitido lograr grandes cosas como comunidad.
Lo bueno
Wilson Díaz Ortega, presidente de junta, afirmó que lo mejor del barrio es la solidaridad que hay. Señaló que desde hace 45 años este ha sido un aspecto que los hace resaltar.
Díaz informó que fue en 1980 cuando las personas empezaron a unirse más. Indicó que ello se debe a que en el barrio vivió un hombre llamado José Antonio Cordero, el cual fomentó las buenas prácticas.
Detalló que Cordero se dedicó por diez años a ayudar a las familias de bajos recursos, especialmente cuando debían enterrar a uno de sus seres queridos. El líder comunal recordó que este señor recolectaba fondos con apoyo de los vecinos para poder darle sepultura a los fallecidos.
“Él tenía una frase muy celebre, la cual era: adelante, adelante corazones, hoy por mí, mañana por ti. Ello motivaba a las personas a ayudar”, afirmó Ortega.
Además, se conoció que en 1985 José Antonio lideró la construcción de una capilla en la avenida tercera. Ciudadanos mencionaron que él organizó la llamada marcha del ladrillo con la que cada persona llevaba un bloque para poder terminar la edificación.