En la vereda Ayacucho del municipio de San Cayetano está ubicado Pozo Azul, otrora referente ambiental local. La inmensa formación rocosa rodeada de bosque seco tropical y donde era frecuente encontrar pozos y una cascada, sucumbió a la mano arrasadora del hombre.
Hace más de una década el cuadro era perfecto. Por la gigante laja corría el agua, los rayos solares frenados por la vegetación le daban tonos azules y verdes al suelo rocoso. Sin embargo, con el paso de los años y el creciente ingreso de turistas el ambiente dio un giro de 180 grados, la piedra quedó cubierta de grafitis, las basuras pululan y el sol activa los fétidos olores.
Unido a ello, la minería de carbón, las captaciones ilegales de agua y la cacería, ocasionaron que el atractivo de Pozo Azul se perdiera y con ello se generó un desequilibrio del área que afecta a la biodiversidad en flora y fauna.
Ante la clara sentencia de destrucción emergió una iniciativa para evaluar el estado de los ecosistemas y de las especies que habitan en la zona.
El equipo liderado en campo por el biólogo Carlos Cáceres Martínez, del Grupo de Investigación en Ecología y Conservación de Fauna Silvestre de la Universidad Nacional, se insertó a las actividades del Plan de Ordenamiento de la Cuenca del Río Zulia, bajo pautas dadas por Geodim y Corponor como autoridad ambiental regional.
Junto con Cáceres, también integrante del Grupo de Investigación en Ecología y Biogeografía de la Universidad de Pamplona, estuvieron los biólogos Sandra Galván, Andrey Ojeda, Jennifer Oviedo, Jorge Díaz, Carlos Galván, Claudia Infante y Laura Valencia.
Ellos, vinculados a Geodim y al Consorcio Zulia, tuvieron la responsabilidad de visitar 15 municipios del departamento que hacen parte de la cuenca del río Zulia, identificando a las especies, sus patrones de comportamiento y el nivel de amenaza.
“Tuvimos el apoyo de instituciones locales y se vinculó a habitantes con conocimiento de la zona para hacer muestreos y ahondar en la presencia, diversidad, abundancia y amenazas de aves, mamíferos, anfibios, reptiles y especies vegetales”.
De acuerdo con Cáceres, se identificaron más de 16 especies de mamíferos medianos y grandes, entre los que se destaca el jaguar, especie vulnerable y críticamente amenazada en la región como consecuencia de la cacería.
“La nutria está casi amenazada. Pozo Azul es un área importante para la supervivencia de las especies y los resultados permitirán trazar una ruta para un mejor manejo del área”.
La ornitóloga del equipo, Jennifer Oviedo, señaló que en Colombia el bosque seco tropical es de los más amenazados y al tiempo menos estudiados, desconociéndose los procesos de transformación ocasionados por el hombre y el nivel de fragmentación del hábitat de especies como las aves.
“El país es el más rico del mundo en aves, con 1.932 especies. En Pozo Azul registramos 126 individuos, que representan 38 especies y de esa cifra dos fueron migratorias boreales”, señaló Oviedo. “Mantener la vegetación es fundamental para garantizar la presencia de ellas”.
La ornitóloga señaló que todas las aves vistas de acuerdo con la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN) tienen una preocupación menor. Sin embargo, “la Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora, detalla que nueve especies, pese a no tener riesgo de extinción, pueden entrar en la categoría de no hacerse un control riguroso de la comercialización”.
“En la zona y sus alrededores hay cacería. La explotación minera y la fragmentación del bosque seco en general está disminuyendo el área natural de especies como los felinos, que tienen que sortear trampas artesanales que dejan los habitantes por miedo a que animales los ataquen”, argumentó Cáceres.
Para el biólogo se requiere de más estudios y de acciones tangibles en campo que busquen arrojar nuevos conocimientos y por ende acciones cercanas a la realidad, que redunden en la conservación de Pozo Azul y su biodiversidad.
“Parte de los resultados se están dando a conocer tanto en la comunidad científica como a la ciudadanía en general. Además, se han hecho publicaciones conjuntas con Corponor como el diagnóstico sobre el tráfico ilegal de fauna silvestre en Norte de Santander”.
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Eucometis Penicillata.
Hay riqueza en aves.
Flor brownea sp.
En cifras
-16 especies de medianos y grandes mamíferos fueron vistos, entre ellos el jaguar, críticamente amenazado.
-15 municipios fueron visitados por los biólogos para evaluar los ecosistemas.
-6 especies de lagartos, 5 anfibios y una serpiente también hacen parte de la lista.
-38 especies de aves fueron identificadas, entre ellas dos migratorias boreales.