Los misterios que ha suscitado el cielo a lo largo de la historia siempre han generado curiosidad en las culturas que han poblado la Tierra, la casa común a millones de humanos.
Desde las civilizaciones egipcia y mesopotámica esta ventana al universo ha tenido diferentes significados, ha sido objeto de predicciones para la producción de alimentos, para medir el tiempo y hasta para comunicarse con el más allá, al margen de la concepción divina que tiene para los creyentes católicos.
La fascinación por el cielo, por la vida en otros planetas, la milenaria pregunta acerca de la presencia de marcianos y de objetos voladores no identificados con extraterrestres a bordo, ha propiciado un intercambio cultural y de conocimiento científico entre naciones, temas frente a los cuales Germán Puerta Restrepo es una autoridad en Colombia.
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Él, quien dirige el Planetario de Bogotá, habla con soltura y dominio de planetas, estrellas, constelaciones y exoplanetas. Ha escrito libros sobre curiosidades astronómicas y ofrece amenas charlas en las que su voz atrapa, enseñando que así como para las civilizaciones antiguas la astronomía era esencial para la vida, lo es para las nuevas generaciones que estudian los astros, su movimiento e impacto.
Puerta se inició en la astronomía como aficionado, es economista de la Universidad de Los Andes. En 1986, observando el cometa Halley en Villa de Leyva (Boyacá), descubrió que en el país la oferta informativa sobre estos temas era escasa, lo que contrastaba con el enorme interés de la ciudadanía por conocer los secretos del universo.
Fue así como se dedicó a investigar, fundó el Festival de Astronomía de Villa de Leyva y con el paso de los años se ganó con honores un espacio en el Planetario de Bogotá.
En Cúcuta, Puerta, estuvo como invitado de la fundación cultural El Cinco a las Cinco y aprovechó su estadía en la frontera para conversar sobre lo que mueve sus fibras: los enigmas del universo.
Imagen del Sol en alta definición publicada por la Nasa en 2015.
¿Hay vida en otros planetas?
Hablar de esto le costó la vida al famoso Giordano Bruno (astrónomo y poeta italiano). Desde que el ser humano entendió que había innumerables soles y tierras se generó ese gran interrogante y en realidad no sabemos si hay vida, se tienen indicios. Hace 25 años se empezaron a descubrir los exoplanetas, es decir planetas en otras estrellas y la lista de confirmados se eleva a 4.200, todos en nuestra galaxia, en la Vía Láctea, son como la Tierra, tipo terrestres que orbitan a una distancia de su estrella que les permite tener agua líquida en la superficie, una aparente zona de habitabilidad.
¿La existencia de marcianos es una teoría sin fundamento?
Mire, si tenemos en cuenta la cifra dada en la respuesta anterior y la extrapolamos a todo el conjunto de la galaxia, que tiene más de 250.000 millones de estrellas, eso daría que pueden existir alrededor de 50.000 millones de planetas como la Tierra. Por ahora, no hay una prueba de seres que nos hayan visitado en platillos voladores. En junio de este año, empiezan a salir una serie de misiones robóticas al planeta Marte, para que en un periodo de 10 años se determine si allí hay vida. Hasta ahora, jamás hubo marcianos, pero si hay vida bacterial y aguas subterráneas.
¿Qué han arrojado las investigaciones sobre el agua en el sistema solar?
Por fortuna el agua es un elemento común, casi todos los planetas lo tienen en forma líquida, en hielo o vapor, es común en toda la galaxia. Las misiones nos han dado un panorama nuevo y sorprendente, por ejemplo una de las lunas de Júpiter, la Luna Europa, es pequeña y del tamaño de nuestra Luna, pero tiene más agua que todo el planeta Tierra.
¿Cuál ha sido la era de más desarrollo investigativo para la astronomía?
Estamos en el momento más glorioso. Desde el punto de vista de la ciencia se están haciendo descubrimientos impresionantes, las ondas gravitacionales, las fotografías de agujeros negros y los exoplanetas, ya mencionados.
Ambiente del primer exoplaneta hallado, '51 Pegasi b', que está muy cerca de su sol. Su temperatura es de 1.000 grados. Ilustración Nasa/JPL-Caltech.
¿Cómo está afectando el desequilibrio ambiental en los países, las conexiones en la Tierra?
Una misión de sabios le entregó al presidente Iván Duque una recomendación fuerte: la urgencia de integrar la cultura científica y ambiental al entorno familiar. La educación tradicional es fundamental, pero no se puede olvidar el núcleo familiar y para lograr ese propósito se debe construir una red de planetarios regionales, hay que entender cómo funciona la Tierra y el impacto que se ocasiona para dar un giro. En Japón hay 450 planetarios, en Colombia solo son tres.
¿Si los planetas tienden a regenerarse y eliminan lo que les hace daño, cómo armonizar ese divorcio entre cultura y ciencia en Colombia?
Se pueden generar diversas acciones, pero si no se cambia la relación con el planeta, seguirá ese divorcio entre ciencia y cultura, de ahí la importancia de hacer cultura ambiental. En el país vienen los carnavales, se destinan recursos para ello y no es que esté mal, pero se debería tener una estrategia similar en cuanto a cultura científica, el ideal es que se convierta en una política de Estado, que trascienda de un gobierno a otro.
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¿Qué se necesita para construir un planetario en Cúcuta?
La inversión debe girar en torno a los $4.000 millones para tener uno de formato mediano, con una pantalla entre 11 y 12 metros. Estoy seguro de que en Cúcuta hay lugares ideales para la astronomía, en el centro con un telescopio se podrían ver la Luna y los planetas. Ahora, si se quiere estudiar galaxias, nebulosas y cúmulos de estrellas, hay que tener en cuenta que la contaminación lumínica es el principal enemigo de la astronomía.
¿Cómo convencer a alcaldes y gobernadores de destinar recursos para la ciencia?
La ciencia despierta el sentido del descubrimiento, da empoderamiento y capacidad de decisión. Este no es un problema de plata, hay recursos de regalías para la ciencia, se está fallando en proyectos. Es importante que los gobernantes incluyan en sus planes de desarrollo las infraestructuras científicas, los planetarios apoyan a la educación formal permitiendo que los niños y jóvenes reciban conocimientos a los que normalmente no tienen acceso en las instituciones. También es clave entender que permiten la integración de la familia, no se trata solo de compartir en el centro comercial, dan cabida a nuevas experiencias movidas por la cultura científica.