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Lactancia materna, una deuda por saldar
Conozca algunas de las ventajas de la leche materna sobre la artificial.
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Jennifer Rincón
Sábado, 14 de Mayo de 2016

La leche materna es la fórmula más óptima desde el lado que se le mire: es un recurso natural renovable, está siempre a la temperatura adecuada, tiene un envase natural y amigable con el ambiente, no se desperdicia, se lleva a todas partes y su contenido no tiene precio comercial.

Pese a tantas bondades, ya que aporta los nutrientes y las vitaminas necesarias para el óptimo desarrollo del bebé en los primeros seis meses, sin necesidad de un alimento complementario, la leche materna está pasando a un segundo plano en nuestro país.

La media nacional de lactancia materna es de 1,8 meses. Norte de Santander está por debajo del promedio con un mes, cifra que causan preocupación por los beneficios que está perdiendo tanto la madre como su hijo.

Una de las causas que incide en este fenómeno es el señalamiento social que se da en los sitios públicos cuando la madre se dispone a darle de comer a su bebé, explica Paula Andrea Henao Mejía, pediatra y experta en lactancia.

“La sociedad aún no entiende que la lactancia es un proceso natural y sigue mirando mal a la mujer que amamanta a su hijo en el parque, el hospital, el centro comercial o cualquier otro lugar del común”, agregó Henao. “ La lactancia es un milagro de amor universal y no nos debe dar pena o vergüenza amamantar a nuestros pequeños”.

La experta asegura que esta práctica es indispensable para que la madre y el hijo desarrollen una conexión multisensorial.

Henao asegura que cuando la madre amamanta a su hijo, el niño se fusiona con ella, siente sus brazos y el latido de su corazón se mueve al ritmo de su progenitora.

Otro de los beneficios de la lactancia tiene que ver con el desarrollo de los dientes y la boca de los niños, puesto que este ejercicio se convierte en la primera ortodoncia del bebé.

Además lactar constituye un enorme ahorro para el bolsillo de los padres. Una leche de tarro puede costar alrededor de $40.000. Si el niño es alimentado exclusivamente con este producto puede consumirse cuatro tarros al mes, eso sin contar el gasto de los biberones. La leche materna no tiene precio ni distinción de marcas.

Materna vs artificial

Cuando los horarios laborales no son favorables para una lactancia exclusiva, la leche en polvo resulta siendo la fórmula salvadora; sin embargo, sus aportes nutricionales difieren mucho de la leche materna.

La leche artificial no contiene omega 3 y sus grasas no son absorbidas totalmente por el organismo y es más difícil de digerir que la natural.

Otro de los puntos a favor de la leche materna es que posee lactoferrina y lisozima,  proteína y enzima bactericida, ausentes en la leche de fórmula.

Además, la leche artificial causa mayor riesgo de padecer diabetes insulinodependientes en los niños.

Un destete amigable

Aunque no hay fecha límite para iniciar el destete de los niños, Henao recomienda hacerlo entre los 12 y 24 meses, según lo requiera la madre y su hijo.

Atrás deben quedar las malas prácticas de untarse el seno de ají, esmalte o cualquier otra sustancia que le pueda causar repulsión al niño.

Lo más recomendable es hacer esta transición  suavemente y sin afanes para que el niño no sienta que lo están rechazando.

Cada vez que el niño pida seno hay que distraerlo llevándolo al parque, viendo una película u ofreciéndole otra alternativa que lo haga olvidar de su petición.

Con el tiempo, el niño se dará cuenta que la madre no está dispuesta para seguir amamantándolo y no volverá a pedir más leche.

“Después del primer año, los niños siguen tomando leche materna porque sienten que en el momento de la lactancia, la atención de la madre está centrada en ellos”, explica Henao. “Debemos cambiar esos momentos de lactancia por momentos de acompañamiento y atención”.

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