Sintiéndose a toda hora presa de la incertidumbre y esclava de los silencios que le aprisionan el alma y le sacan lágrimas, camina por la habitación y ve la cama de su hija, aunque a veces prefiere correr al lavadero y dar rienda suelta al llanto.
Así pasa los días Graciela Contreras, de 64 años, madre de Shirley Johanna Ruiz Contreras, quien desapareció hace cuatro meses en el barrio Llanitos, de Los Patios.
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Desde la tarde del miércoles 3 de noviembre de 2020, Graciela y su nieto Gabriel, de 7 años, quien es hijo de Shirley Johanna, viven sin esperanza, pues siguen esperando que Medicina Legal les diga si el cadáver en estado de descomposición que los Bomberos de Los Patios hallaron ese día en el río Pamplonita, a unos cuantos kilómetros de su residencia, es el de ella.
“Estoy en las tinieblas. La incertidumbre es muy fuerte. No sé qué hacer, no sé a dónde tocar. Con mi nieto nos ponemos a llorar. El me pide que tenga fuerzas, que si la mamá está viva, regresará”, cuenta Graciela con la voz entrecortada.
Para esta mujer, su vida se volvió un desastre desde que su hija desapareció. No se cansa de ir a Medicina Legal a pedir respuesta, pero no las tiene, pues ella quiere darle el último adiós.
“Lo que me dicen es que no me pueden dar razón, porque eso viene directamente de Bucaramanga. ¿Y si mi hija no es ella, y si nadie la está buscando?, ¿Cómo voy a aceptar su muerte si no tengo certeza?, se presunta la afligida madre. "Quienes son madres me comprenderán. Esto es muy duro”, recalcó Graciela, quien hoy vela por el bienestar de su nieto.
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La angustiada madre busca fortaleza en su devoción religiosa, para poder sacar adelante a su nieto.
Los días en la casa de Graciela son difíciles. Como ella misma lo describió, su situación es desgarradora y cada vez que pasan los días se hace agonizante.
Entre abrazos con su nieto intentan continuar, pero no están completos. Cada cosa en la vivienda les trae recuerdos de Shirley, las conversaciones antes de que desapareciera, las fotos que quedaron, las notas de voz, los mensajes.
Familiares y allegados no entienden cómo pueden postergar un dolor y por tanto tiempo, además se quejan de la falta de apoyo sicosocial que debería brindarles la Alcaldía de Los Patios.
“Ella (Graciela) en su desespero ha ido varias veces a Medicina Legal, pero no le dan razón de nada. Llega a su casa y ver al niño que pregunta por su mamá, se convierte en una escena más dolorosa”, dijo una familiar.
El hecho
Shirley Johana desapareció la noche del jueves 29 de octubre, cuando cumplía sus 39 años. Eran las 10:00 p.m., cuando ella llegó en su moto a la casa, pero quien la manejaba era un hombre, que le contó a la familia que él había compartido con ella su fecha especial.
Al parecer, en medio de la lluvia que caía esa noche, algo le ocurrió y terminó cayéndose con la motocicleta al canal de aguas que colinda con su casa en el barrio Llanitos.
Graciela Contreras recuerda que vio a su hija cuando llegó y en instantes cuando se dirigía a buscar las llaves para abrirle, ya no volvió a saber de ella.
Esa noche la Policía, Gestión del Riesgo, Bomberos y demás entidades fueron alertadas, pero solo fue al otro día que iniciaron la búsqueda.
En el extenso recorrido por el caño de aguas lluvias, los socorristas encontraron tres partes de la moto azul con negro que pertenecía a su hija, sin encontrar el vehículo completo.
Fue casi ocho días después, que los rescatistas conocieron que en la zona, ubicada detrás del conjunto residencial La Arboleda, por la vía principal de Los Patios, apareció el cadáver de una mujer, pero por su avanzado estado de descomposición, no se determinó que correspondiera al de Shirley Ruiz.
¿Un lío pasional?
Algunos familiares creen que una relación pasada que tuvo Shirley Johanna con un hombre a quien le dicen El Negro, podría tener algo que ver.
“Ella dejó a ese hombre, porque era una relación mala. Él la maltrataba y recientemente había vuelto a insistirle que regresaran, pero ella no quería nada con él y por eso creemos que, como sabía que era su día de cumpleaños, estuvo esa noche esperándola afuera de la casa y tuvo que haberle hecho algo”, dijo uno de los familiares de Shirley.
“Pero nadie investiga a ese hombre. Ni siquiera lo interrogaron. Realmente nos dejaron solos”, finalizó Graciela.