De acuerdo a la información oficial, con todo lo recogido en las pesquisas se alcanzó a reconstruir una película del crimen en Cartagena.
Ese trabajo fue el que permitió –describe el fiscal Francisco Barbosa– que la defensa de los supuestos responsables haya quedado en blanco a la hora de presentarse evidencia.
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Los cinco capturados que aceptaron cargos –Marisol Londoño, Cristian Monsalve, Eiverson Zabaleta, Wendre Still y Francisco L. Correa– habrían cumplido una función determinada en el asesinato del paraguayo.
Todos supuestamente dirigidos por Francisco, quien a pesar de ser el único en no aceptar cargos, sería el cerebro del plan.
Aquí también hubo personas que fungieron como “marcadores”, quienes se alojaron en el mismo hotel del fiscal paraguayo para seguirle la pista de cerca.
Otra de las puntas es que una vez lo asesinaron, el trabajo de inteligencia fue rastrear paso por paso cómo fueron huyendo del lugar del crimen las personas involucradas.
El lugar del plan
La orden para matar a Marcelo Pecci vino por cuenta de mafias internacionales. En especial una de origen brasileño llamada Primer Comando Capital, la cual coordinó a gente en Colombia para pagar un monto que supera los $2.000 millones, repartido entre varias personas.
Cuatro días antes del crimen –el 6 de mayo–, todos ellos se habían reunido en la Minorista de Medellín para estructurar la misión que tuvo como objetivo llegar a Cartagena.
Para disimular, las autoridades describieron que cada uno de los implicados llegó por su cuenta tomando diferentes rutas: uno se fue por Montería, y otro por Santa Marta.
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Roles de capturados
En medio de la rueda de prensa, Barbosa detalló la función de uno por uno de los capturas. Es así como aseguró que Marisol y Cristian fueron los que siguieron día y noche a Marcelo Pecci, a tal punto de reportarles a Francisco Correa cada movimiento del fiscal.
“Por el otro lado, Eiverson era el encargado de transportar a los sicarios hasta Playa Blanca y de sacarlos del lugar posteriormente de consumar los hechos”, resaltó el fiscal general.
Este entramado tiene una pieza sin completar, y es la de Gabriel Carlos Luis, quien permanece prófugo de la justicia y su destino sería Venezuela.
Testigos, un segundo paso
En todo este caso que llamó la atención no solo de Paraguay sino de toda la región, los testigos sirvieron para corrobar el trabajo que ya había adelantado la Fiscalía y la Dijín.
De hecho, en la audiencia ante un juez de la capital de Bolívar, los detenidos asintieron varias veces la descripción de la “película” que montaron las autoridades.
Por tal motivo, el fiscal Barbosa manifestó estar conforme con la labor de su equipo, el cual fue desplegado en varias ciudades hasta llegar a la captura de los supuestos responsables en Medellín la semana pasada.
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