Van cuatro años de la pandemia. Aunque los reportes muestran menos casos y muertes cada semana, millones de personas en todo el mundo siguen presentando infección o re-infección por el virus del COVID-19 y miles siguen muriendo. La meta ahora no es una respuesta de emergencia. Ahora se debe preparar una respuesta sostenida a largo plazo contra el COVID-19 para prevenir, controlar y manejar la enfermedad, en la que la vacunación seguirá siendo protagonista.De acuerdo con los expertos en materia de salud, lejos de significar el fin de la pandemia, el anuncio de la OMS debe ser interpretado como un llamado a mantener las medidas de prevención como la vacunación y la toma de pruebas.
La decisión, motivada por la tendencia a la reducción de las muertes por COVID-19 y las hospitalizaciones y admisiones a unidades de cuidados intensivos durante los últimos 12 meses, representa el comienzo de una nueva etapa en el curso de esta enfermedad que causó la muerte de siete millones de personas en todo el mundo y que, en Colombia, acabó con la vida de 142.639 personas.
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“No podemos olvidar que, pese al fin de la emergencia sanitaria, el COVID-19 se mantiene como una pandemia y como una amenaza para la salud pública a nivel global. Hasta la fecha, hemos comprobado que el virus se comporta de una forma impredecible y es justo por eso que se hace necesario fortalecer y continuar con las medidas de autocuidado para contener el contagio ante la eventual aparición de nuevas variantes”, afirmó el doctor Javier Arango, presidente de la Asociación Colombiana de Medicina Interna.
Vacunación, la mejor medida de autocuidado
Hasta el 30 de abril, se habían administrado más de 13,3 billones de vacunas en el mundo y gracias a la efectividad de estas dosis se ha conseguido el incremento de la inmunidad contra el virus y una disminución en el número de muertes y en la carga que implica la enfermedad sobre los sistemas de salud.
En Colombia, se han aplicado más de 90 millones de dosis y, según el Ministerio de Salud, hay cerca de 37 millones de personas con esquemas de vacunación completos, lo que ha permitido reducir la mortalidad y la incidencia de casos graves por este virus en el país.
La evidencia científica disponible demuestra que la vacunación salva vidas y, además, es parte fundamental de la protección contra el COVID-19 al prevenir el desarrollo de síntomas graves o la aparición de COVID prolongado. De acuerdo con un estudio publicado por la Universidad de Cambridge, con base en la revisión de los efectos de la vacuna sobre 19 de las condiciones asociadas a esta enfermedad en más de un millón y medio de personas, la prevalencia de síntomas sería menor en personas vacunadas en comparación con las personas no vacunadas.
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Por este motivo, tanto la OMS como las asociaciones médicas han sido enfáticas en señalar que el fin de la emergencia, no significa bajar la guardia en el proceso de vacunación contra el virus.
“La vacunación sigue siendo la forma más efectiva de protección. Con esta decisión, la OMS fue clara en hacer un llamado a los gobiernos y las autoridades de salud en el mundo para integrar la vacunación contra el COVID-19 en los programas ampliados de inmunización y, además, mantener los esfuerzos para aumentar su cobertura en todas las poblaciones incluidas en los grupos de alta prioridad”, añadió el doctor Arango.
En esta misma lógica, la posición de la OMS para el abordaje del COVID-19 de ahora en adelante, apunta a reforzar el mensaje de seguir con la guardia en alto y continuar apoyando la investigación para comprender el desarrollo del virus, su incidencia e impacto y, además, para mejorar las vacunas y lograr tecnologías que reduzcan la transmisión y sean de amplia aplicabilidad.Una de las enseñanzas del estado de emergencia es que cuando la salud está en riesgo, todo está en riesgo. No hay duda de que la vacunación contra el coronavirus, ha salvado muchas vidas en Colombia y en el mundo. Ahora, en el estado post-emergencia y siendo el COVID-19 una amenaza en salud pública, la vacunación deberá hacer parte de estatransición como una herramienta de prevención de rutina para evitar nuevas infecciones, seguir salvando vidas y evitar que todo vuelva a estar en riesgo.
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