La vacunación es una de las formas más efectivas y seguras de proteger la salud y prevenir enfermedades infecciosas graves y potencialmente mortales. En las últimas décadas, la inmunización logró erradicar en América Latina enfermedades como rubeola y viruela y, año tras año, se ha demostrado que es una estrategia que ayuda a prevenir epidemias y contagios de alto impacto para la salud pública. De hecho, sus efectos positivos en la prevención de enfermedades inmunoprevenibles se han equiparado a lo largo de la historia con los del agua potable y lavado de manos.
Si bien el efecto de la inmunización ha generado resultados positivos en la población, las coberturas de vacunación contra enfermedades prevenibles diferentes al COVID-19 han disminuido notablemente desde la pandemia.
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Se estima que en 2022 el número de niños menores de un año con esquemas de vacunación completo fue el más bajo de los últimos 12 años. Además, sólo en 2020, 30 millones de niños dejaron de recibir su vacuna contra la Difteria, el Tétanos y la Tosferina, y la cobertura global de vacunación bajó de 86% a 83%.
En cuanto a las personas mayores, estas representan el 13,9% de la población y un 26,6% del total de las vacunas aplicadas en el país. En los adultos de 80 años en adelante se concentra una mayor cobertura frente a los adultos más jóvenes, lo que refuerza la necesidad de continuar generando consciencia sobre la importancia de la vacunación a lo largo de la vida.
“Sabemos que vacunarse no solo protege la salud individual de una persona, independientemente de la edad que tenga; también contribuye a preservar el bienestar de toda la sociedad. Cada persona vacunada crea un ‘muro de inmunidad’ que corta la propagación de virus y bacterias y, por lo tanto, reduce el riesgo de que las personas más vulnerables se expongan a enfermedades potencialmente mortales”, aseguró Gunnar Riediger, General Manager de GSK Colombia.
- Disminuye la mortalidad infantil
La vacunación es una de las formas más efectivas de prevenir la mortalidad infantil. De hecho, según estimaciones recientes, la vacunación redujo las muertes en niños y jóvenes un 45% entre 2000 y 2019.
La vacunación protege a los niños de enfermedades potencialmente mortales como la Meningitis y la Tosferina, una condición que, en los bebés, puede causar apnea, neumonía, colapso pulmonar (conocido como neumotórax), hipertensión pulmonar grave, convulsiones, o encefalopatía.
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- Promueve el envejecimiento saludable
A medida que envejecemos nuestro sistema inmunológico se debilita, lo que nos hace más susceptibles a enfermedades y complicaciones graves. Por ello, aplicar las vacunas recomendadas oportunamente es una de las mejores formas de proteger a las personas mayores contra enfermedades a las que están expuestas, como la Influenza, Tos Ferina, meningococo, Covid-19, entre otras, y así evitar complicaciones a largo plazo, hospitalizaciones e incluso la muerte.
De hecho, un estudio realizado por los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades, demostró que, durante cuatro temporadas de Influenza, entre 2012 y 2015, la vacunación contra el virus en adultos mayores redujo un 37% el riesgo de hospitalización.
Sin embargo, es importante tener en cuenta que la inmunidad de una vacuna no es para toda la vida. Por este motivo, es clave cumplir con los esquemas de refuerzo para estar siempre protegido.
- Ayuda a la sostenibilidad económica del sistema de salud
Está comprobado que la vacunación masiva es un alivio para la sostenibilidad económica de los sistemas de salud e impulsa el progreso económico en todo el mundo. Naciones Unidas estima que, por cada millón de personas vacunadas, se incrementa en 8 billones de dólares el PIB.
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Y es que la vacunación es una inversión a corto, mediano y largo plazo, tanto en términos económicos como de salud pública. Al prevenir que miles de personas se enfermen, se logra reducir la congestión de las entidades de salud, lo que ayuda a que el sistema funcione de manera más eficiente. Además, la vacunación evita los gastos económicos asociados a la atención de pacientes que sufren enfermedades prevenibles por no encontrarse protegidos. Esto podría resultar en un ahorro significativo de recursos financieros.
- Protege a personas que sufren de enfermedades crónicas
Los pacientes con enfermedades crónicas son más vulnerables a padecer condiciones inmunoprevenibles de mayor gravedad que en personas sanas. En este sentido, la vacunación se convierte en una estrategia complementaria de tratamiento para las personas que padecen enfermedades crónicas de base como las respiratorias (asma, EPOC), inmunológicas, hepáticas renales, en otras, ya que protege al organismo frente virus y bacterias que pueden alterar el cuadro clínico del paciente.
“Es importante que conozcas tu esquema de vacunación, consultes al médico y tomes acción. Cada vacuna cuenta para protegerte a ti y a tu entorno de enfermedades infecciosas que pueden prevenirse” puntualizó Riediger.
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